![El ‘coaching’ para padres insatisfechos gana adeptos](/RC/201312/23/salud/Media/coaching--647x231.jpg)
Objetivos del coaching:
Convertirse en madre supuso una revolución para Olga Rada. Tenía 33 años cuando tuvo a su primer hijo y convirtió en prioridad su rol de madre. «Quería aportarle todo lo que pudiera, aprender a escucharle y sacar lo mejor de él», afirma. Cuatro años después, y a la espera de su segundo hijo, buscó la ayuda profesional de un viejo conocido, el ‘coach’ Juan Carlos Arrese, que se había especializado en la relación de padres e hijos.
«Tenía muchas dudas, me faltaban herramientas. En el taller descubrí qué quería mejorar al analizar cómo respondía ante situaciones típicas de la maternidad», explica Olga.
Ella buscaba la manera de comunicarse con su hijo de forma más consciente, más activa y respetuosa. Pero, al mismo tiempo, hacerlo con los límites que necesitan los niños en su educación. «Todo dentro de mi propio criterio, sin recetas de otros, escuchándome a mí misma para estar con el niño de una manera más consciente».
En el proceso, Olga comprendió que quería dar a luz de forma natural y en su propia casa, algo que no había sido posible con su primer hijo, que nació en el hospital. «Un día en la sesión del taller, durante mi turno de hablar, estallé, me puse a llorar y Juan Carlos Arrese me ayudó a profundizar en mi tristeza, mi preocupación y en ver que mi objetivo era conseguir dar a luz de un modo natural».
Finalmente, tuvo el parto que quiso: «Lo logré gracias a la ayuda de los talleres. Tomé conciencia de que eso era lo que quería y que tenía la fuerza para hacerlo», agrega.
Perfil de los padres
Los padres que acuden a un ‘coaching’ suelen tener entre 30 y 50 años, una educación media-alta, buscan la conciliación laboral como una necesidad para el ejercicio de la paternidad responsable, quieren inculcar valores en sus hijos y, a la vez, desean crecer como personas.
«Los padres que llegan al taller son personas que no se sienten satisfechas con su paternidad o maternidad. Muchos tienen conflictos con los hijos que no saben cómo resol- ver. Son padres que se sienten desconectados de ellos porque están inmersos en su día a día. Que no saben cómo estar o reaccionar ante las emociones de sus hijos porque tampoco saben cómo gestionar las suyas», explica Arrese. Él mismo también tiene una historia de cambio y crecimiento. Trabajaba como consultor estratégico y había logrado ascender hasta puestos directivos. Pero un día contrató a un ‘coach’ personal y algo se removió en su interior. «Me enamoré de la disciplina y descubrí en el ‘coaching’ una máxima para vivir: que yo soy mi propio maestro».
Comenzó a formarse y se certificó como ‘profesional certificade coach’ por la International Coach Federation (ICF), abandonó la asesoría empresarial y fundó su propia empresa .
«El ‘coaching’ como filosofía de trabajo con personas, ya sean directivos, padres, hijos, se basa en la confianza en el ser humano, en entenderlo como sabedor de las respuestas a sus preguntas, a los pasos que debe dar en su vida», asegura.
Hace cinco años, como padre, descubrió que existían muchos libros con consejos que no tomaban en cuenta ciertos rasgos que son individuales, como la idiosincrasia o el potencial.
Fue entonces cuando decidió crear los talleres y asesorías enfocados en esos aspectos de la paternidad que los padres intentan resolver leyendo libros. «Estamos en un mundo en el que es más fácil agarrarse al consejo del experto que asumir la propia responsabilidad, darse espacio y pensar qué es lo que realmente se quiere para los hijos, cómo se desea ejercer la paternidad».
Nuevas herramientas
Para Arrese, la gran pregunta es «¿quién eres?» y a partir de ahí invita a reflexionar: «Quién quieres ser con tus hijos». «Un ‘coach’ facilita que las personas se conviertan en los mejores padres que pueden llegar a ser, pero nunca da consejos. El ‘coach’ escucha y apoya pero no soluciona los problemas directamente», asegura. Los talleres que imparte Arrese tienen una duración de 25 horas, en sesiones semanales.
Durante ellos, Olga trabajó con una herramienta conocida como ‘el yo futuro’ para visualizar qué será y hará la persona, las cualidades que tendrá y que haría ese ‘yo’ en una determinada situación.
«Te ayuda a quitarte el rol que desempeñas durante el día, ya sea de trabajadora, madre o esposa, y descubrir quién eres realmente. El ‘coaching’ me ha ayudado no solo a ser una mejor madre sino mejor persona. Cuando te escuchas internamente llegas a reconocer partes de ti que son más respetuosas y cariñosas, pero también aquellas cualidades negativas para aceptarlas y aprender a manejarlas».