
El cineasta Jake Schreier ha llevado este mes a las carteleras españolas una deliciosa película, ‘Un amigo para Frank’, que habla de la relación de una persona mayor con problemas de memoria y un robot asistente que le compran sus hijos para llenar su soledad.
El vínculo sentimental y la mejora de salud que experimentaba el protagonista de la película hacia una máquina que al principio detestaba resulta ser más que un argumento sensiblero: se trata en realidad de un recurso terapéutico que ya se está aplicando y cuyos resultados están siendo analizados actualmente.
Existen numerosos entes tecnológicos (públicos y privados) empleados en el desarrollo de robots de asistencia a personas dependientes. Pero mientras estos desarrollos llegan a estandarizarse, hay iniciativas, como la realizada por los Centros de Día de Vitalia, que pone a prueba el efecto que tiene el tener que cuidar de una mascota, aunque sea un robot, en una persona mayor con tendencia a la dejadez y el aislamiento.
Los citados centros cuentan con un robot al que han bautizado como ‘la foca Nuka’, un bebé artificial con cualidades especiales que permiten interactuar con las personas a las que son encomendadas su cuidado.
Reproduce a la perfección los sonidos de una foca bebé, reproduce gestos para responder a las caricias, mueve la cabeza, abre y cierra los ojos, sigue la voz de la persona que está con ella...
De centro en centro
Este robot avanzado fue desarrollado en Japón, cuesta unos 7.000 euros y ahora realiza su ruta por España gracias a que la Fundación BBVA cedió dos a los centros Vitalia, con el fin de que llevasen a cabo la rehabilitación activa a través de este novedoso método con las personasmayores a las que cuidan día a día.
«Actualmente estamos desarrollando un estudio para obtener datos de los resultados que tiene la terapia con Nuka en estas personas mayores. Podemos decir que la mejora experimentada es espectacular, pero esta impresión será reflejada en el resultado del estudio que estamos llevando a cabo en estos momentos, mientras la foca ‘visita’ todos los centros Vitalia de España», explican los responsable del proyecto.
¿Pero de dónde viene la mejora que puede experimentar una persona mayor por el hecho de tener que cuidar a una mascota? Los terapeutas de estos centros, que siguen el método Hoffmann, apellido de su fundadora, están convencidos de que muchas patologías asociadas a la edad están directamente relacionadas con la depresión y el aislamiento al que muchas personasmayores se ven abocadas, al sentirse solas, inútiles, sin sentido vital...
Razones para estar activo
En definitiva, sin un motivo real para mantenerse activo. La dejadez a la que se ‘autosometen’ llega a provocar, incluso, problemas de movilidad.
«Tenemos un caso de una mujer con 68 años, que no andaba. La terapia dad en el centro le ha hecho recuperar las ganas de vivir y, sobre todo, ha logrado caminar. Con ayuda, pero camina al librarse de la depresión. Creemos que el factor psicológico esmuy importante», sostienen en Vitalia.
Específicamente sobre la terapia robótica, la presidenta de los centros Vitalia explica que lo que se pretende conseguir es un tipo de rehabilitación con la estimulación de áreas cerebrales que, de otromodo, no se estimulan.
«El sentido del tacto, el hecho de tener que cuidar a un animal aunque sea en este caso artificial es muy importante», sostiene. Eso sí, advierte de que estas terapias mediante la actividad no son un mero entretenimiento para los mayores. «Nuestros centros de día no son guarderías para personas con edad avanzada», reclama.
La clave, por contra, está en mejorar mediante la implicación en actividades, en hacer cosas productivas para mantenerse activos.