La mayoría de los agentes utilizados frente al cáncer en la actualidad no actúan exclusivamente sobre las células tumorales sino que también afectan a las células sanas del cuerpo, lo que hace que puedan aparecer algunos efectos secundarios. Uno de ellos es que haya una pérdida de fertilidad en los niños sometidos a radioterapia y a algunas quimioterapias, que dañan las células madres específicas que se encuentran en los testículos (spermatogonial stem cells). Como estas células tienen la función de generar espermatozoides, una vez llegada la pubertad, el paciente puede quedar imposibilitado de tener descendencia.
Hasta ahora, las posibilidades para evitar este efecto secundario son muy limitadas. Los adultos tienen la opción de congelar semen antes de iniciar dichos tratamientos, pero ¿qué sucede con los pacientes prepúberes, incapaces de producir espermatozoides maduros?
Un programa pionero
Con el objetivo de hallar nuevas formas de preservación de la fertilidad en niños varones prepuberales oncológicos, la Unidad de Preservación de Fertilidad del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia ha comenzado a realizar un proyecto que propone instaurar de forma pionera en España un nuevo programa para prepúberes.
El primer paso es guardar y congelar parte del tejido testicular de estos niños (con sus células reproductoras inmaduras), antes de que inicien un tratamiento que pudiera resultar tóxico a ese nivel. La segunda fase se aplicaría en el futuro, cuando ese paciente quiera tener hijos: se realizaría un autotrasplante del tejido en sus propios testículos. Este tejido, una vez insertado, podría reiniciar la maduración de las células reproductoras y ser capaz de producir espermatozoides maduros con capacidad para fecundar.