Desde hace unos años se conoce que las mutaciones en una proteína llamada TREM2 causan unas raras y agresivas enfermedades neurodegenerativas llamadas Nasu-Hakola y síndrome ‘FTD-like’. Sin embargo, estudios genéticos recientes han vinculado otras mutaciones menos agresivas a un mayor riesgo de padecer otras enfermedades neurodegenerativas más comunes como Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) o la demencia frontotemporal.
El trabajo, publicado en ‘Science Translational Medicine’, ha desvelado el mecanismo molecular por el que formas mutadas de esta proteína impiden el correcto funcionamiento del proceso de limpieza de residuos amiloides y ha detectado un menor nivel de la forma funcional de la misma en el líquido cefalorraquídeo de personas afectadas por Alzheimer y demencia frontotemporal.
Así, las personas con niveles reducidos de TREM2 podrían tener un mayor riesgo de desarrollar estas enfermedades neurodegenerativas, según un estudio internacional con participación del Instituto de Investigación Biomédica de l’Hospital Sant Pau (IBB), de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del Clínic de Barcelona.
Los objetivos de TREM2
El gen TREM2 se expresa principalmente en la microglía, células del cerebro que se encargan de realizar la fagocitosis y de eliminar los residuos celulares que se va acumulando en este órgano, como las fibras amiloides y otros agregados proteicos.
Ahora el estudio liderado por el profesor Christian Haass y el doctor Gernot Kleinberger de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich dsvela concretamente su papel en esas células ‘de limpieza’.
En una primera fase, se observó que cuando se expresan formas mutadas de TREM2, la proteína no alcanza la membrana celular y las celúlas pierden su capacidad de depurar los residuos que se acumulan en el cerebro.
En la segunda fase, los investigadores han observado que enfermos de Alzheimer o con demencia frontotemporal tienden a tener bajos niveles de TREM2 en el líquido cefalorraquídeo y, en el caso del ‘síndrome FTD-like’, los afectados carecen totalmente de esta proteína en los análisis realizados.
«Aunque es necesario seguir investigando, estos resultados sugieren que TREM2 tiene un papel fundamental en la eliminación del amiloide y otras agregados proteícos y su pérdida de función podría acelerar los procesos neurodegenerativos. También que podría ser un marcador útil indicativo de neurodegeneración», explica Marc Suárez-Calvet, investigador predoctoral de la UAB y participante en el estudio.
La estimulación de la función de TREM2 podría ser una estrategia útil en enfermedades neurodegenerativas, según indica el estudio. «Sería oportuno seguir profundizado en el estudio y observar si actuar sobre TREM2 para restaurar o incrementar su actividad podría ser potencialmente efectivo para tratar diferentes patologías neurodegenerativas», concluye Albert Lleó, investigador del IBB y profesor del Departamento de Medicina de la UAB.