La dedicación de investigadores, los esfuerzos en I+D y las sinergias entre los principales actores del sistema sanitario están abriendo nuevos caminos en el campo de la medicina.
Uno de los más representativos en la actualidad, ya considerado una revolución del panorama científico, es el desarrollo de los tratamientos llamados ‘biológicos’.
Los biológicos son grandes moléculas, es decir, están compuestos de células vivas formadas por más de 25.000 átomos. En términos de complejidad, constituyen un gran paso en comparación con fármacos tradicionales de uso cotidiano. Por ejemplo, una aspirina es fruto de reacciones químicas y está formada por tan sólo 21 átomos.
Menos tóxicos
Pero, sin duda, el valor añadido de los biológicos y lo verdaderamente novedoso reside en sus mecanismos de acción, ya que intervienen específicamente en el objetivo a tratar por lo que minimizan la toxicidad en el organismo de los pacientes.
Se trata de tratamientos personalizados que brindan nuevas opciones a patologías que hasta ahora tenían posibilidades limitadas, por lo que poner al alcance de los profesionales sanitarios estos nuevos tratamientos biológicos supone un enorme desafío que influye en todos los aspectos del fármaco.
Este reto afecta desde el modo de distribución de los biológicos,muchos de ellos muy sensibles al calor por lo que es fundamental respetar la cadena de frío, así como a su fabricación, que es mucho más compleja; hasta al modo de dispensación de los productos, que requerirá adaptación por parte de médicos y pacientes y en los que los diferentes dispositivos jugarán un papel clave, e incluso a los métodos de diagnóstico, por ejemplo basados en biomarcadores.
Lo más relevante de 2013
Pero no sólo actúan en la diana de la patología, además en algunos tratamientos, como por ejemplo en la inmunoterapia oncológica, refuerzan el propio sistema inmunitario del paciente ayudándole a combatir la enfermedad. De hecho, la revista Science ha considerado la inmunoterapia oncológica como el avance científico más importante de 2013, que puede revolucionar el futuro tratamiento de diferentes tumores.
En este escenario se perfila un cambio de paradigma en la lucha contra el cáncer, que requerirá investigar y desarrollar biológicos invirtiendo en la búsqueda de tratamientos y terapias concretas que necesitan un foco de actuación más específico.
Se trata de un enorme esfuerzo en I+D, como el que están realizando varios laboratorios, entre ellos AstraZeneca, que ha aumentado a través de MedImmune, –su división mundial de investigación y desarrollo de productos biológicos– de un 5 a un 50 por ciento la presencia de biológicos en su cartera de productos en investigación desde 2007.
Además, las adquisiciones de Amplimmune, Spirogen y el acuerdo con ADC Therapeutics refuerzan la investigación de AstraZeneca tanto en tratamientos del sistema inmunitario para contraatacar las células cancerosas, como en nuevas técnicas en fármacos oncológicos, incluso en combinación con otras terapias en desarrollo o incluso fármacos ya en uso,multiplicando su alcance.
Los biológicos son ya una realidad y marcan la senda hacia la medicina del futuro, encaminada a tratamientos ‘inteligentes’ cada vez más específicos y personalizados.
Ahora, el reto es que todos los profesionales y organismos involucrados afronten este nuevo planteamiento para alcanzar los prometedores resultados que se esperan de estos tratamientos.