
Resultados del último ensayo internacional
Cerca de 270.000 españoles, aproximadamente un 0,6%, sufren urticaria crónica, la forma más molesta y persistente de esta afección cutánea.
Hasta la fecha, se desconoce la causa de la enfermedad, si bien, aproximadamente, en un 50% de los casos se ha demostrado un origen autoinmune, lo que quiere decir que es el propio organismo el que activa las células de la piel, haciendo que liberen histamina y otros mediadores y que se desencadene la dolencia.
La urticaria crónica se caracteriza por la presencia de ronchas y habones en toda la superficie corporal, que se acompaña de un intenso picor durante todo el día y que puede ir asociado a angioedema (hinchazón de párpados, labios y zonas laxas de la piel). La aparición de los síntomas es prácticamente diaria, por lo que este tipo de urticaria afecta gravemente a la calidad de vida de las personas, impide el sueño e interfiere con las actividades diarias.
Se ha calculado, además, que el coste que supone para las arcas públicas se sitúa en torno a 1.500 euros por paciente al año.
A pesar de su morbilidad y de la afectación de la calidad de vida, la urticaria crónica no tiene cura. En un editorial de una revista científica se le denomina «enfermedad cenicienta». Un calificativo muy acertado, porque estos pacientes son incomprendidos, tanto por su entorno como por quienes les atienden.
Nuevo tratamiento
El Departamento de Alergología de la Clínica Universidad de Navarra lidera actualmente un ensayo clínico independiente subvencionado por una beca del Ministerio de Sanidad, para tratar esta dolencia, mediante Omalizumab, un anticuerpo utilizado para tratar el asma grave. Este nuevo tratamiento ha revelado muy buenos resultados.
Como los síntomas aparecen sin interrupción, se buscan factores desencadenantes, se prescinde en la dieta de ciertos alimentos, o se culpa a situaciones de estrés. Como los síntomas no cesan, se atribuye a una enfermedad subyacente más seria y profunda–lo que no es cierto–, aumentándose todavía más la ansiedad del paciente.
Por otra parte, los enfermos se someten a analíticas y a interminables visitas a distintos especialistas, con lo que se genera un círculo vicioso que a su vez provoca más ansiedad y menor calidad de vida mientras que la enfermedad sigue su curso.
Una enfermedad que desaparece
Se ha comprobado la existencia de ciertos factores que pueden contribuir a su empeoramiento, como el consumo de antiinflamatorios no esteroideos. No existe por tanto una terapia causal sino sintomática para solventar unos síntomas que reaparecen en cuanto se suspende el tratamiento, lo que no quiere decir que dichas terapias hayan fracasado.
Se considera que el tratamiento es eficaz cuando consigue de forma constante que no reaparezcan los habones. Un aspecto positivo de esta enfermedad es que al cabo de unos años, la urticaria crónica desaparece sin dejar secuela alguna. En un 70% de los casos tiene una duración de uno a dos años y sólo en un 11% la duración es mayor de cinco años.
El tratamiento habitual de este tipo de urticaria se basa en la administración de antihistamínicos. Es un tratamiento encaminado a paliar las molestias que produce, pero en muchos casos no es suficiente y siguen apareciendo ronchas, habones y persiste el picor.
Si la respuesta no es buena, puede emplearse tratamientos más agresivos no exentos de efectos secundarios importantes.
No obstante, el ensayo clínico realizado en la Clínica Universidad de Navarra y en el que participan otros tres hospitales españoles (Hospital Clinic de Barcelona, Hospital Santiago de Vitoria y Basurto de Bilbao) para el tratamiento de la urticaria crónica con el anticuerpo citado, el Omalizumab, presenta la ventaja de ser mucho más efectivo y seguro.
En un estudio llevado a cabo a nivel nacional se demostró que tiene efectividad en un 84% de los casos. Si bien hay que subrayar su alto coste y que se requiere seguir recibiéndolo periódicamente.
Este ensayo clínico es el fruto de otras investigaciones realizadas con el profesor Allen Kaplan (Medical University of South Carolina, Charleston, EstadosUnidos) con este anticuerpo anti-IgE que es el que media en las reacciones alérgicas.
A los pacientes tratados, que no respondían a tratamientos más agresivos como la ciclosporina, ni a corticoides, ni a antihistamínicos, les desaparecía completamente el picor, los habones y todos los síntomas sin seguir ningún otro tratamiento.
Este año se han publicado series amplias que corroboran esta eficacia y en dos o tres años, el fármaco podría estar autorizado en USA y Europa para esta nueva indicación. En el ensayo, que se puso en marcha hace más de un año, hay puestas grandes esperanzas. Por elmomento, los primeros resultados son muy prometedores.