Los pacientes que sufren traumatismos faciales complejos o secuelas de cirugía por cáncer ya pueden recuperar sus dientes sin dificultades, según la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM) que participó el pasado sábado en el Salón Dental de la Implantología en Madrid.
La evolución de las técnicas de cirugía oral y maxilofacial permiten ya que en pacientes con atrofias maxilares y mandibulares severas y con defectos postraumáticos o congénitos puedan colocarse implantes. Algo que hace unos años era muy complicado.
Uno de los avances que permite esta rehabilitación es el uso de los implantes cigomáticos «con los que ya no es necesario tener hueso en el maxilar para disponer de piezas dentales el mismo día de la cirugía, ya que se anclan en el hueso cigomático (el pomúlo)», explica el doctor Eduardo González Cardero, cirujano oral y maxilofacial miembro de SECOM.
Estos son implantes extralargos, entre 35 y 55 mm, de modo que evitan la necesidad de realizar injertos óseos de otras partes del cuerpo con lo que hace «menos dolorosa» la intervención para el paciente, agrega el doctor.
La ausencia de hueso alveolar impide la colocación de los implantes por lo que tradicionalmente se ha recurrido a los injertos óseos, una de las técnicas más utilizadas para la reconstrucción de los maxilares.
Tal y como indica el doctor Cardero «en estas intervenciones se busca un doble objetivo: la colocación de dientes fijos para una adecuada masticación y un rejuvenecimiento facial al dar de nuevo proyección a los labios y el tercio inferior de la cara».