De los tumores benignos más frecuentes en la mujer destacan los miomas uterinos que, en la mitad de los casos, puede causar hemorragias anemizantes, dolor abdominal y problemas de fertilidad, que pueden derivar en la extracción del útero, conocida como histerectomía, uno de los tratamientos más eficaces para erradicarlo.
Un estudio sobre la relación de factores que aumentan los niveles de estrógenos y la aparición de miomas uterinos concluye que los mayores índices de asociación con la presencia de esta clase de tumores suceden por el sobrepeso, la obesidad, la edad, el uso prolongado de anticonceptivos orales durante más de un año consecutivo y los tratamientos de fertilización in vitro.
La investigación, realizada en la Universidad de La Laguna, es la tesis doctoral llamada “Tumores uterinos de músculo liso con distinto comportamiento clínico. Interacciones entre hormonas gonadales y péptidos en su desarrollo y caracterización”. Su autora Yurena Rodríguez Díaz comprueba también que “los estrógenos pueden activar distintos mecanismos en las células del miometrio, que es la capa muscular del útero, y de los distintos tumores originados a partir de ellas como los miomas o los leiomiosarcomas, al actuar sobre distintas proteínas receptoras. En cualquier caso, los estrógenos estimulan la síntesis, en células tumorales, de moléculas que provocan su proliferación”.
En el estudio se desarrolla una técnica para lograr un diagnóstico de estos tumores más eficaz. Con un pronóstico mejor se podría mejorar el tratamiento también de los leiomiosarcomas, que son tumoraciones malignas, muy agresivas, con escasa supervivencia y carentes de tratamientos específicos. “Este método está basado en valorar, en los estudios anatomopatológicos, la relación entre las dos proteínas receptoras de estrógenos, alfa y beta”, señala la tesis.
La ivestigación contó con la dirección de la doctora Aixa C. Rodríguez Bello, profesora titular de Biología Celular, y de la doctora Delia R. Báez Quintana, del área de Obstetricia y Ginecología, ambas de la Universidad de La Laguna; y con la colaboración del Hospital Quirón Tenerife, Servicio de Anatomía Patológica del HUC y el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de la ULL, y la financiación de ICIC y FUNCIS.