lavozdigital.es
nuboso
Hoy 5 / 18 || Mañana 7 / 16 |
más información sobre el tiempo
Estás en: >
Noticias

INVESTIGACIÓN EN OFTALMOLOGÍA

Cerco a los grandes enemigos de la visión

La oftalmología es una de las áreas que mejores frutos ha obtenido en los últimos años gracias a nuevos fármacos, cirugías más eficaces e investigación puntera. Aún así, el diagnóstico precoz es la piedra angular de los tratamientos

30.08.13 - 08:07 -
Cerco a los grandes enemigos de la visión

Cataratas, retinopatía diabética, glaucoma y degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Estos eran, hasta hace poco, los cuatro jinetes del Apocalipsis a los que tenían que enfrentarse los oftalmólogos en cuanto pérdida de visión (y potencial ceguera) en la edad adulta. Afortunadamente, y aunque la lucha continúa, en los últimos años se han dado notables avances tecnológicos, quirúrgicos, farmacológicos y preventivos que, unidos a investigaciones muy prometedoras, hacen que podamos ver el futuro bastante más claro.

«Los defectos refractivos y las cataratas actualmente en el mundo occidental no son problema porque se operan con cirugías cada vez más sofisticadas, menos agresivas y con mejores resultados. La retinopatía diabética ha dado un giro porque el diabético está muy concienciado y se cuida más, en general. El glaucoma sigue siendo una patología correosa, pero porque se llega a las consultas muy tarde.

El gran reto nos lo encontramos en la DMAE, una enfermedad que, como el glaucoma, ha ido en aumento porque cada vez vivimos más. En DMAE disponemos de terapias que hace una década no existían, pero aún no se cura», resume Francisco Poyales, presidente del Grupo Innova Ocular, con centros en varias ciudades españolas y director médico del Instituto de Oftalmología Avanzada de Madrid, también del grupo.

Una alegría del presente

Pilar Rojo, jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital Rúber Internacional (Madrid), coincide con su colega en que la DMAE les tiene un poquito menos frustrados. Según cuenta a SaludRevista.es, los medicamentos antiangiogénicos han sido una de las «mayores alegrías» que han experimentado para esta enfermedad (caracterizada por anomalías en los vasos sanguíneos que irrigan la retina) en sus dos variantes: húmeda, que daña la mácula agresivamente a causa de la proliferación anómala de nuevos vasos que sufren derrames frecuentes; y la seca, de evolución más lenta y que genera daño en a mácula debido a la aparición de tejido cicatrizal (cicatrices). La consecuencia es visión borrosa a nivel central.

Estos fármacos, empleados tradicionalmente para asfixiar tumores impidiendo que éstos formasen nuevos vasos sanguíneos de los que nutrirse para crecer, están obteniendo buen resultado para frenar el avance de la DMAE aplicándolo a través de inyecciones en la zona vítrea. Eso sí, Rojo hace hincapié en que retrasan la progresión de la patología, pero no revierten el daño.

Por otro lado, tienen la pega de que sus efectos son breves, de manera que hay que repetir los pinchazos cada pocos meses en función de la respuesta de cada paciente. «Las inyecciones conllevan un riesgo de infección, de hemorragia y de daño colateral, ya que el interior del ojo es un área muy delicada», explica.

Así, los esfuerzos van encaminadas a lograr antiangiogénicos de efecto más duradero, lo que reduciría el número de inyecciones y el coste de un tratamiento que ahora es bastante caro.

Cirugía: más y mejor

Por su parte, el especialista de Innova Ocular se muestra especialmente satisfecho por «la gran sofisticación que ha alcanzado la cirugía oftalmológica en un plazo bastante corto de tiempo», un factor que ha permitido corregir los defectos de refracción: hipermetropía, miopía, astigmatismo, e incluso la presbicia, y revolucionar la intervención de cataratas.

«Antes esta cirugía se hacía cuando el paciente estaba ya casi ciego. Tras la intervención tenía que seguir llevando graduaciones altísimas. Era mejor que nada, pero los resultados eran mediocres y la operación bastante tosca».

En la actualidad, en el mismo gesto quirúrgico se pueden corregir defectos de refracción (es habitual que el paciente con cataratas sufra además una gran miopía, por ejemplo) al tiempo que se sustituye el cristalino opaco por uno artificial y «el paciente recupera una visión mejor que la de antes», argumenta Poyales. De hecho, los resultados son tan buenos que la de cataratas ya ocupa el primer puesto en el escalafón de todas las cirugías que se practican en nuestro país.

El futuro

Mientras todas estas realidades se consolidan, los científicos se afanan en solucionar los problemas de retina, un órgano especialmente delicado porque «es neurosensorial, mucho más complejo que los que cumplen un cometido puramente mecánico», aclara la especialista del Rúber Internacional.

Los expertos tienen sus esperanzas puestas en las terapias génicas y en las células madre. Hace apenas una semana, la revista Cell Reports publicaba una investigación del Centro de Regulación Genómica (CGR) de Barcelona en la que se había logrado regenerar las neuronas de la retina de roedores mediante la inyección de células madre de la médula ósea. Según los autores, las células madre tienen una plasticidad mucho mayor de lo que pensaban y simplemente fusionándose con el tejido retiniano dañado han logrado repararlo.

Por otro lado, Francisco Ruiz Tolosa, especialista en glaucoma de la Clínica Barraquer de Barcelona, destaca los logros en el diseño de un test genético para conocer no sólo el riesgo de un paciente de padecer la patología, sino de predecir «a qué tratamientos responderá mejor». En definitiva, todos los expertos insisten en aclarar que el camino por delante aún es largo y no es probable que antes de una década haya datos concluyentes.

Una revisión al año

Esto hace, si cabe, más importante la importancia de las revisiones anuales para favorecer el diagnóstico precoz. Un claro ejemplo de esto la encontramos en el glaucoma, una patología silente, que no duele y que no da síntomas hasta que la pérdida de visión es evidente.

El daño producido no se recupera, por eso es vital tratar a tiempo. Ruiz Tolosa explica que «las tasas de éxito en el tratamiento del glaucoma suelen ser altas, ya que disponemos de un arsenal terapéutico muy amplio, tanto quirúrgico como farmacológico, siempre que se detecte en fases iniciales, campo en el que también se ha experimentado un gran avance gracias a los analizadores de capa de fibras del nervio óptico, que nos permiten localizar la enfermedad apenas ha comenzado».

lavozdigital.es

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.