
Una serie de proteínas especializadas expresadas en forma de apéndice son las que permiten a la bacteria Bifidobacterium bifidum que sea famosa por sus beneficios para el cuerpo humano: ayudan a la digestión y están asociadas a una menor incidencia de las alergias, mejora el equilibrio de la flora intestinal, potencia el sistema inmunitario entre otros.
Este microrganismo, conocido como vemos por sus propiedades probióticas, emplea estos apéndices para colonizar el intestino, según demuestra una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El trabajo revela que B. bifidum se vale de estos apéndices proteicos, conocidos como 'pili', para interaccionar con su hospedador.
A nivel más específico, estos apéndices que decoran la superficie de la bacteria son los que se ensamblan a las células intestinales humanas.
Gracias a técnicas de genómica funcional, el equipo ha identificado, además, que B. bifidum posee tres tipos diferentes de 'pili', cada uno con una función determinada y diferentes patrones de expresión en función de las condiciones ambientales.
Según el investigador del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias Borja Sánchez, que ha colaborado en la investigación, «hasta ahora, había muy poca información sobre los mecanismos empleados por esta bacteria para colonizar el intestino».
Su presencia en él, no obstante, sí es bien conocida por mejorar el equilibrio de la flora intestinal.
Por su parte, el investigador del CSIC en el mismo centro y que también ha colaborado en el trabajo, Abelardo Margolles, considera que este es uno de los pocos estudios que demuestran que algunas bacterias probióticas son capaces de emplear pili como factores de colonización intestinal.
El hallazgo podría favorecer la búsqueda y desarrollo de otros organismos y productos probióticos.