Los diabéticos se someten, con los métodos actuales de medición de glucosa en la sangre, a una terapia intensiva de insulina, ya sea mediante inyecciones diarias múltiples o mediante bombas de insulina. Esta forma de administrar insulina, de la que carecen los enfermos de diabetes, tiene riesgos, como que suceda algún episodio de hipoglucemia e, incluso, en casos extremos, un coma diabético. Partiendo de la necesidad de monitorizar con exactitud la glucemia, y así mantener un buen control de la cantidad de insulina, los investigadores del Instituto de Informática y Aplicaciones de la Universidad de Girona y del Instituto de Automática e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia comenzaron a desarrollar una nueva forma de estimar la glucosa en la sangre del paciente.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Biomedical and Health Informatics: Desarrollaron un nuevo algoritmo de calibración que se puede adaptar a los actuales dispositivos utilizados en el tratamiento de los diabéticos. Así, esperan que se reduzcan los errores en la medición de glucosa en sangre y se pueda regular de forma automática la liberación de insulina. Y no solo eso: “Nuestro método supone un paso más en el desarrollo del ‘páncreas artificial’ para la automatización del control glucémico, ayudando así a mejorar la calidad de vida de los pacientes con diabetes mellitus tipo 1”, asegura Jordi Bondia, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia.
El algoritmo se probó en 42 personas, de las que 34 eran pacientes de diabetes del tipo 1, conocida como ‘diabetes juvenil’, que se caracteriza por la ausencia absoluta de insulina, que, en individuos sanos, secreta el páncreas y que regula el metabolismo de hidratos de carbono. La falta de tratamiento hace que los niveles altos de glucosa en la sangre provoque la muerte del paciente. En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes, según la Organización Mundial de la Salud.