Aunque se ha hablado mucho de la movilidad de los espermatozoides, poco se sabe sobre la posibilidad que tienen estos para transportar el virus del VIH, a pesar de que pueden ser decisivos para la transmisión del virus, al ser capaces de introducirlo al tracto vaginal infectando a la madre o al bebé en formación.
Tras varios trabajos en los que se evaluó la interacción entre los espermatozoides y el VIH en el laboratorio, el titulado 'Transmisión del VIH a partir de espermatozoides; implicaciones durante la fecundación', obtuvo el Primer Premio en Investigación que otorga anualmente la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina —Ascofame— y la Fundación Medina.
Dicha investigación, llevada a cabo por la estudiante de Medicina Jurany Andrea Sánchez Bustamante y los profesores Walter Darío Cardona Maya y María Teresa Rugeles López, de los grupos de investigación Reproducción e Inmunovirología de la Universidad de Antioquía, fue considerada como un gran avance demostrativo sobre lo que sucede durante la fecundación cuando hay participación de un padre positivo para el VIH.
De acuerdo con el profesor Cardona Maya, el estudio aporta conocimiento a la posibilidad de que los espermatozoides puedan infectar y abre una nueva vía para el desarrollo de trabajos relacionados con esa capacidad.
Experimentación del laboratorio
El estudio comenzó experimentando con células conocidas como macrófagos, capaces de 'comerse' el espermatozoide y que posteriormete resultaron infectadas con el VIH.
«Lo que hicimos fue reconocer este proceso, porque el virus entra a los espermatozoides siendo capaz de trasmitirlo a los macrófagos; y durante la fecundación, bien sea natural o asistida, éste podría entrar al oocito y establecer una infección productiva en el embrión, aunque no necesariamente trasmitiendo el virus a la mujer», dijo el investigador.
Ahora, la meta es poder estudiar casos de hombres positivos para el virus, con parejas negativas para el VIH, y con hijo positivo, con el fin de comprobar la transmisión a través de los espermatozoides.
El trabajo es un paso para el cambio de conocimientos sobre el VIH/sida, cuya transmisión se estima vertical o directa entre madre e hijo; sin embargo no se ha podido establecer la transmisión vertical padre a hijo.