Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado una molécula que disminuye la neuroinflamación y la muerte neuronal, y modula la neuroplasticidad en la sustancia negra, zona del cerebro afectada en la enfermedad de Parkinson.
Este compuesto, que ya ha sido patentado y licenciado, ha mostrado resultados positivos en ratones y, en un par de años, podría entrar en fase de ensayos clínicos en humanos.
«Se trata de un nuevo fármaco potencial para la enfermedad de Parkinson. Posee un mecanismo de acción innovador que podría llegar a cambiar el curso de la pérdida neuronal asociada a esta enfermedad», explica la investigadora del CSIC en el Instituto de Química Médica Ana Martínez, que ha presentado los resultados del estudio en el XI Congreso Internacional sobre Alzheimer y Parkinson celebrado en Florencia.
La Molécula S14
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa de la que se desconoce la causa que la produce.
Los síntomas principales son trastornos del movimiento como temblor en reposo, rigidez muscular y lentitud de movimientos. También aparecen otros síntomas asociados como pérdida cognitiva, trastornos del sueño y depresión, entre otros.
Según este estudio, el compuesto S14 es capaz de inducir la formación de nuevas neuronas dopaminérgicas en ratones dañados con 6_hidroxidopamina, la neurotoxina más empleada en el desarrollo de modelos experimentales de Parkinson en roedores.
En la actualidad, el tratamiento de esta enfermedad es paliativo y tiende a reemplazar la acción de los neurotransmisores perdidos mediante la administración de L_dopa y otros agentes, con el objetivo de aumentar el nivel de dopamina y sus efectos.
Según los investigadores, el principal problema relacionado con este tratamiento es que el uso prolongado de L_dopa produce movimientos anormales e involuntarios en los pacientes, lo que empeora más su calidad de vida.