La obesidad está relacionada con la alteración de la microbiota intestinal
Las personas obesas que siguen tratamiento con estatinas, sin embargo, no sufren esta disfunción en el intestino
Las personas con obesidad presentan una alteración de la microbiota intestinal que, sin embargo, es mucho más baja si las personas con obesidad están siguiendo un tratamiento con un medicamento para el control del colesterol, las estatinas.
Sin embargo, tal y como señalan los autores del estudio que se publica en «Nature» , todavía no se puede afirmar que las estatinas tenga o no efectos beneficiosos sobre la flora intestinal y hacen falta ensayos clínicos prospectivos para determinar el impacto de estos medicamentos en la microbiota intestinal en la obesidad.
El equipo de Jeroen Raes y Sara Vieira-Silva , de la Universidad de Lovaina (Bélgica), estudió una cohorte transversal de 888 personas de Francia, Alemania y Dinamarca , y descubrieron que Bact2 está asociado con el índice de masa corporal (IMC), aumentando su prevalencia del 3,9% en individuos delgados al 17.7% en personas con obesidad.
Las personas con la composición Bact2 tendían a tener niveles de inflamación más altos de lo que se esperaría en función de su IMC solo, lo que respalda la idea de que Bact2 es una configuración de microbioma disfuncional.
«Encontramos que la inflamación sistémica en los participantes que llevan el enterotipo Bact2 es mayor de lo esperado en función de su IMC. Aunque el diseño de este estudio no permite inferir causalidad, nuestros análisis sí sugieren que las bacterias intestinales desempeñan un papel en el proceso de desarrollar comorbilidades asociadas a la obesidad al mantener la inflamación.
Si bien estos hallazgos clave confirmaron nuestra hipótesis de estudio, los resultados que obtuvimos al comparar a los participantes tratados con estatinas y sin tratar fueron una sorpresa total», explica la investigadora principal, Sara Vieira-Silva.
Bact2 está asociado con el índice de masa corporal , aumentando su prevalencia del 3,9% en individuos delgados al 17.7% en personas con obesidad
Los autores también muestran que Bact2 se correlaciona negativamente con el uso de estatinas: la prevalencia de Bact2 en individuos con obesidad sometidos a terapia con estatinas se redujo al 5,9%. El equipó estos hallazgos utilizando dos cohortes de validación de 282 y 2.345 personas, respectivamente.
Las estatinas se recetan comúnmente para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardio-metabólicas. Además de sus efectos reductores del colesterol, las estatinas también tienden a mitigar los niveles de inflamación sistémica de los pacientes .
Según Vieira-Silva, «estos resultados sugieren que las estatinas podrían potencialmente modular las alteraciones dañinas de la microbiota intestinal que sostienen la inflamación en la obesidad. Varias interpretaciones de nuestros resultados siguen siendo posibles. Por un lado, al apaciguar la inflamación intestinal, la terapia con estatinas podría contribuir a un ambiente intestinal menos hostil , permitiendo el desarrollo de una microbiota saludable. Por otro lado, se ha demostrado previamente un impacto directo de las estatinas en el crecimiento bacteriano, que posiblemente podría beneficiar a las bacterias no inflamatorias y subyacer a los efectos antiinflamatorios de la terapia con estatinas».
Estos resultados sugieren que las estatinas podrían potencialmente modular las alteraciones dañinas de la microbiota intestinal que sostienen la inflamación en la obesidad
Raes considera que « el potencial impacto beneficioso de las estatinas en la microbiota intestinal abre nuevas perspectivas en el tratamiento de la enfermedad, especialmente dado el hecho de que hemos asociado el enterotipo Bact2 con varias patologías en las que se ha postulado un papel de la microbiota intestinal. Nuestros resultados abren una amplia gama de posibilidades para el desarrollo de nuevos fármacos moduladores de microbiota intestinal».
Advierten, sin embargo, que se necesita investigación adicional para evaluar más a fondo estas asociaciones. Se requieren ensayos clínicos prospectivos para evaluar si los hallazgos se pueden replicar en una población aleatorizada antes de considerar el uso de estatinas como posibles agentes terapéuticos moduladores de la microbiota.
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