Los cambios de humor y las fluctuaciones en el estado de ánimo a lo largo de nuestra vida son algo natural y pueden acontecer de manera espontánea o relacionarse con acontecimientos vitales, situaciones de sobrecarga o, incluso, leves problemas de salud, entre otras muchas circunstancias que pueden darse.
En principio, la edad no es un mayor condicionante para un determinado estado de ánimo, pero es cierto que las circunstancias y las obligaciones, así como nuestra capacidad de respuesta y adaptación van cambiando a lo largo de nuestra vida.
En cuanto a los cambios hormonales que se producen por situaciones de hipo o hipertiroidismo (disminución o aumento de la actividad del tiroides) o los que suceden en el climaterio, es cierto que pueden afectar, haciéndonos sentir más inestables.
No debemos alarmarnos por estar especialmente irritables o sentirnos malhumorados o inestables en ocasiones. Sin embargo, si esas emociones o sensaciones comienzan a afectar a nuestro nivel de funcionamiento y nuestro rendimiento, repercutiendo en nuestra vida laboral, social o familiar de manera significativa, o si esos cambios los ponemos en relación con situaciones que nos desbordan y amenazan con superar nuestra capacidad de adaptación, lo mejor que podemos hacer es dirigirnos a nuestro médico de familia. El médico de familia dispone de formación, conocimientos y recursos suficientes para orientarnos y ayudarnos en estas situaciones de inestabilidad, a la vez que puede descartar causas como las alteraciones hormonales mencionadas en la pregunta. En los casos en que realmente se detecte una situación clínica que precise de atención especializada, será nuestro médico quien nos dirija al especialista oportuno.