En medio de Disneyland Paris, una estrella poco habitual en ese parque temático sobresale por encima del resto. Con una enorme copa entre sus brazos, Rafa Nadal se pasea entre sonrisas y fotos con algunos de los personajes más conocidos de esta fábrica de ficción. Es allí donde se para ante los medios, reflexiona y demuestra por qué ha llegado a donde está: «No hay celebración posible, y menos en este deporte en el que lo único que hay es el siguiente torneo, y además en muy poco tiempo. Mi cabeza ya se encuentra centrada en Wimbledon. Espero poder estar en ese gran torneo en el que mi objetivo será de vencer a mi primer rival», confiesa el flamante campeón de Roland Garros
Ese es su objetivo a corto plazo. A largo el abanico de metas se amplía. Probablemente el tenis sea uno de los pocos deportes en los que un deportista que se proclame campeón descienda posiciones en la clasificación. Eso es lo que le ha ocurrido a Nadal. Después de su octavo triunfo en París, curiosamente ha bajado al número cinco del mundo -6.895 puntos- en beneficio de David Ferrer, que es el nuevo número cuatro -7.220 puntos-. Todo porque defendía los 2.000 puntos de su título en el 2012, mientras que el alicantino fue semifinalista en ese año.
El mismo Nadal, reacio siempre a comentar la posibilidad de volver a ser el primero de la clasificación, la barajaba tras levantar la Copa de los Mosqueteros: «He sido el mejor del año, es una ventaja. Tengo que sumar muchos puntos si quiero se número uno al final de temporada». «Ser número uno está lejos de lo que me ha producido mayor alegría en mi carrera deportiva. No me levanto más feliz siendo número uno o número ocho», añadía. Un objetivo, el del número uno, factible para Toni Nadal: «Ahora podemos pensar en lo más alto. Rafael tiene una ventaja considerable. Si hace un buen Wimbledon y si las cosas siguen yendo bien, podemos escalar posiciones en el 'ranking'. Estamos en una posición inmejorable para acceder a lo más alto», declaraba a Efe.
Djokovic es el rival
Lo positivo para él es que a partir de ahora tiene el camino despejado.De aquí a finales de año, el manacorense defiende los 45 puntos de la segunda ronda de Wimbledon conseguida el año pasado. De ahí en adelante solo sumará, ya que no jugó ningún torneo en sus siete meses de lesión. El problema para su principal rival, Novak Djokovic, es que el serbio tiene concentrado en ese tiempo la mayor parte de sus puntos. Los 6.800 que defiende solo hasta el final de año los deberá ir peleando uno por uno mientras ve como Nadal le recorta paulatinamente.
¿El motivo? El método de puntuación de la ATP. Al contabilizar los puntos sumados en los últimos doce meses, en la cuenta de Rafa no figura prácticamente ningún punto en la segunda mitad de la temporada pasada. Es por eso que los siete títulos y las dos finales más conseguidas en este 2013 le abren el camino para recuperar el número uno del mundo a finales de año. O como muy tarde, a primeros de 2014 -tampoco jugó la última edición del Open de Australia-.
Esa clasificación contrasta con la Carrera de Campeones, en la que, ahí sí, Rafa Nadal es el número uno indiscutible de este 2013 con 7.000 puntos. En este 'ranking' le saca 1.970 puntos a Djokovic, segundo, y 2.920 a David Ferrer, tercer clasificado. Por ello cabe pensar que si no pasa nada raro, Rafa Nadal estará a finales de temporada en la Copa de Maestros en disposición de pelear por el cetro mundial. Una Copa Masters a la que ya se ha clasificado matemáticamente tras su triunfo en París.
Antes de que llegue ese momento, Nadal afrontará Wimbledon sin pasar antes por ningún otro torneo. Según anunciaba él mismo en Roland Garros, no jugará finalmente el torneo de Halle ya que los médicos le han recomendado descansar. Una cita londinense en la que Nadal podría acabar como número dos del mundo.