Rafael Nadal, durante un momento del partido contra Istomin./Thomas Coex (AFP). VÍDEO: ATLAS ESPAÑA
Almagro supera a Baghdatis
Si mezclamos un partido bastante completo de Nadal, con un rival guerrero pero muy inferior al balear y con el ambiente tenístico que se vive en París y que tanto motiva al español, el cóctel bien agitado que obtenemos es el esperado: triunfo claro del número dos del mundo. Sin muchos aditivos, sin condimentos especiales ni grandes innovaciones, pero con efectividad y con capacidad para cambiar el ritmo en la manga en el momento decisivo. Así ganó su partido Nadal ante Istomin por 6-2, 6-2 y 6-0. De una forma muy parecida también venció Ferrer a Benoit Paire a primera hora de la mañana por 6-3, 6-3 y 6-2. Así accedieron a tercera ronda los dos principales referentes del tenis español, dos jugadores que podrían verse las caras en semifinales.
El día había amanecido más fresco que anteriores jornadas. Pese a que esas condiciones le favorecían menos a Nadal, su primer servicio le servía para mandar en el punto al comienzo del partido. Con él iba poco a poco arrastrando al uzbeko a cometer fallos. Con su derecha, e incluso con su revés, desde más allá de la línea de fondo dominaba la mayoría de los intercambios. El encuentro estaba donde quería. Nadal, con una rotura de servicio a su favor, era el dueño y señor del choque. Y gracias a un nuevo 'break' abrochó la primera manga.
Istomin no desesperó. Quería salir por la puerta grande de la Suzanne Lenglen, pero era complicado que se escapase de la enfermería. Le había tocado bailar con la más fea, pero no quería desaprovechar la ocasión de mostrarse y ofrecer buenos tiros. Se puso a trabajar desde la línea de fondo. Buscaba el contacto, el juego directo. No le importó el rival que tenía enfrente; sabía que era una oportunidad de oro de jugar el partido de su vida. Aunque perdiese, algo que se daba por hecho.
El caso es que llegó incluso a tener bola para el 3-1 suyo y para empatar a tres. Pero le entró el tembleque en las piernas. Eso o que enfrente estaba un tenista que aspira a convertirse en el mejor de la historia sobre tierra batida. Todo puede ser. Fuese una cosa u otra, el caso es que no pudo romper el servicio del manacorense. Y a partir de ahí el rodillo del español cayó sobre él y fue poco a poco aplastándole.
Con más dificultades de lo que marcó el resultado final de la manga, Nadal cerró el segundo acto. Y con dos sets a cero en contra, obviamente las opciones de Istomin de dar la sorpresa eran nulas. Lo había intentado al comienzo del segundo parcial, había dado espectáculo -no pasará a la historia el partido pero superó las expectativas- y ya en el tercer parcial el uzbeko se entregó. Dio todo lo que tenia dentro, pero Rafa es mucho Rafa, y más en París. En su próximo encuentro se verá las caras con el ganador del Mayer-Schwank.
Victoria de David Ferrer
Algo más de dos horas antes de que Nadal cumpliese con los pronósticos, David Ferrer hizo lo propio ante Benoit Paire. Pese a que no empezó con buen pie el alicantino, poco a poco fue imponiendo su físico ante el francés. Y por qué no decirlo también, su gran calidad desde el fondo de la pista. Conforme fue cogiendo ritmo, Paire fue decayendo. De esa forma, con claridad, ganó la primera manga. Y de ahí hasta el final varió poco un partido en el que el de Jávea demostró estar a un buen nivel de cara a rondas más complicadas. En su próximo choque se enfrentará a Mikhail Youzhny, que venció en tres mangas al holandés Haase.