Sablazos virales de hasta 4.000 euros: la moda de difundir las facturas de los bares en las redes sociales

Los clientes han compartido desde suplementos de 10 euros «por tocar los cojones» a 370 euros por gastos de servicio

Pinchos de tortilla con dos estrellas Michelín: la razón del alto precio de la factura viral de San Sebastián

Imagen de archivo de una cuenta de una cafetería. Adobe Stock

L. G.

Dos pinchos de tortilla de patatas por 28 euros. La queja de un cliente en las redes sociales por lo que considera un precio desorbitado por unas tapas en la playa de la Concha, en San Sebastian, ha dado la vuelta al país vía Twitter. J. Javier Galate, autor del mensaje, solo ha sido el último en sumarse a la moda de publicar en las redes sociales las facturas de los bares cuando los precios parecen excesivos.

Es difícil olvidar la cuenta de 4.000 euros que compartió un usuario de Twitter tras cenar con amigos en un restaurante de Marbella. Cabe destacar que en el listado de pedidos, además de múltiples hamburguesas, había más de una botella de Moët Chandon al módico precio de 260 euros cada una y una de Dom Perignon de 1.000 euros.

Pero esta no era la única particularidad de la cuenta. Tal y como explicaba Enrique Moris -el consumidor que hizo pública la suma- en su perfil, los camareros solicitaban una propina por el servicio prestado pese a que en la cuenta ya venía incluida una partida de 372 euros con la descripción de cobro de servicio.

La cuenta se hizo tanto eco que el propio director del restaurante salió en televisión explicando lo sucedido: afirmó que el establecimiento estaba en contra de pedir propinas a los clientes mientras que, el cobro de servicio, era opcional y el consumidor podía declinar el pago.

Otro ticket famoso, en este caso por el ingenio de un camarero en cuestión, tiene su origen en Logroño. Cuando el cliente de una cafetería recibió la cuenta de su café con leche de soja, sin espuma y con sacarina, todo ello detallado en el recibo, se encontró con un incremento de otros 0,20 euros por el concepto «técticas adivinatorias aplicadas al café» . En este caso, fue el propio camarero quien compartió la cuenta en las redes bajo el alias Pizarrín: «Debido al creciente "no sé qué tomar" y cafés "raros" hemos tenido que empezar a cobrar las técnicas adivinatorias», comentó en tono de humor.

La denuncia de otra clienta en las redes alcanzó una gran repercusión por la imposibilidad de deshacerse de uno de los cargos. En esta ocasión se trataba de un desayuno de Madrid en el que la mujer en cuestion tuvo que abonar 14,10 euros por un café solo, un pincho de tortilla, una caña y pan. Este último lo habían servido sin pedirlo ella y su sorpresa, tal y como explicó ella misma, llegó al comunicarle desde el bar que el pan «era obligatorio» y, por tanto, tenía que pagarlo sí o sí. Facua llegó a comentar la publicación de esta clienta explicando que si el pan no estaba en el listado de precios no se podía cobrar y como tal debería reclamarlo.

Un grupo de amigas también quiso dejar constancia de su desorbitada cuenta en un restaurante de Formentera, donde cada botella de agua mineral les costó 8 euros y donde lo más caro no fue la comida, a 45 euros el plato de arroz con carabineros, sino la sangría de cava que, si poco antes de esta denuncia costaba 25 euros, las amigas tuvieron que abonar 60 euros por cada una de ellas -tres en total-.

En Bermeo (Vizcaya), otro grupo de amigos se encontró en la cuenta un concepto que no esperaban. Además de cobrarles lo que habían consumido (seis vinos y una copa de champagne), el camarero en cuestión añadió un suplemento de 10 euros «por tocar los cojones» , tal cual.

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