Una niña de cinco años pinta paños de cocina para poder pagar el tratamiento de su padre contra el cáncer
Existe una posibilidad de curar el 99% del tumor con un tratamiento que la familia no puede costear
Luna es una niña australiana de solo cinco años que ha decidido ponerse a pintar paños de cocina para poder ayudar a costear el tratamiento de su padre, Diego, al que diagnosticaron un tumor cerebral el pasado año.
Todo sucedió de forma repentina en marzo de 2019, según informan los medios locales. Diego Wernicke sufrió una convulsión mientras cuidaba a dos de sus hijas, Luna y Mili, en su casa de Gold Coast, en Australia.
Tras un aviso de los vecinos, el hombre fue trasladado de urgencia al hospital, donde los médicos informaron a la familia de que sufría un cáncer cerebral en etapa tres. Además, y debido a que el tumor está en una zona de alto riesgo , se negaron a operarle.
Pero no todo estaba perdido para Wernicke. Hailey, la madre de las menores, explicó a Daily Mail que existe una posibilidad de curar el 99% del tumor con un tratamiento que no pueden costear.
«Nunca pueden darle una respuesta que sea definitiva del todo, pero la operación potencialmente agregaría años y años a su vida, en comparación con los 12 meses que le quedan ahora», relató.
Al conocer la complicada situación en la que se encontraba su padre, Luna, una de las hijas del hombre, decidió ponerse manos a la obra para lograr conseguir el dinero necesario . ¿Cómo? Vendiendo, a través de su cuenta de Instagram, sus dibujos, que pinta sobre telas de paño.
«No puedo hacer mucho, pero me encanta pintar, así que quiero ayudar a papá a mejorar», reza su biografía, en la que incluye, además, el enlace para participar en la causa. «Espero que les gusten».
Hasta el momento, la familia ha recaudado más de 78.000 dólares de los 150.000 que necesitan.
Personas de todas las partes del mundo han escrito a la pequeña para hacerse con alguno de sus paños y algunos interesados han llegado a donar 130 dólares por los mismos.
En GoFundMe, Hailey explica que se siente «muy mal» por ser «otra persona que solicita un tratamiento que salve vidas», pero considera que, a pesar de ello, deben intentarlo .
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