narcotráfico cádiz
La violencia se recrudece en la Costa Noroeste
Cuatro detenciones por narcotráfico y un posible secuestro se producen en Sanlúcar de Barrameda en las últimas horas
Localizan en una carretera y con varios disparos de bala a la víctima del secuestro de este lunes en Sanlúcar
Desde hace años, el narcotráfico ha diversificado sus puntos calientes por la provincia de Cádiz. Ya no es solo el Campo de Gibraltar quien sufre la violencia más extrema de los clanes de la droga. Ahora, comarcas como La Janda (donde ocurrió el trágico asesinato de los dos guardias civiles hace unos diez días) y la Costa Noroeste son lugares donde la situación se ha recrudecido también. Tráfico de drogas y extorsión caminan de la mano en la desembocadura del río Guadalquivir desde hace tiempo.
Pero la acción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sigue combatiendo esta lacra sin tregua. Solo este pasado fin de semana se produjeron cuatro detenciones de narcotraficantes en la desembocadura del río.
De generación en generación
Así ocurría este sábado con una actuación en la que además se volvía a demostrar que el negocio del narcotráfico también va pasando de generación en generación y más aún en lugares como la desembocadura, en Sanlúcar. Agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil detenían a cuatro presuntos traficantes que iban en una narcolancha. Según confirmaban a LA VOZ las fuentes consultadas, uno de los cuatro arrestados es el hermano de Iván Odero, el narco de Sanlúcar, conocido por su gran audacia pilotando 'gomas', quien inspiró el personaje principal de la película 'El Niño'.
La intervención se producía a las pocas horas de que esta unidad especializada de la Guardia Civil que, como se recordará estaba inactiva por la avería de sus lanchas cuando se produjo el lamentable suceso de Barbate, volviera a echarse al agua.
Las seis patrulleras con las que pueden controlar y perseguir al narcotráfico y el resto de sus competencias en la extensa costa gaditana, permanecían varadas por diferentes daños, lo que impidió que fueran ellos los que este pasado 9 de febrero acudieran al puerto de Barbate donde una narcolancha de más de doce metros arrolló a la pequeña embarcación de apenas seis en la que iban sus compañeros, falleciendo dos de ellos.
Pues en este esperado regreso a las aguas con una de estas embarcaciones que vuelven a tener disponible y en unos de sus primeros servicios, los agentes recibían este sábado el aviso de que una 'goma' se encontraba por la desembocadura del río Guadalquivir, punto negro del constante tránsito de estas embarcaciones.
De esta forma, se dirigían al lugar indicado y comenzaba una persecución. Los agentes eran apoyados por el Servicio Aéreo que iba controlando el trayecto de la lancha ya que llegaban a alejarse bastantes millas de la costa. Y así y con mucha pericia y a pesar del riesgo que ya corrían en alta mar llegaban a interceptarles. Los cuatro tripulantes de la lancha eran detenidos.
Iván Odero es el narco sanluqueño que inspiró la historia de la exitosa película de Daniel Monzón, 'El Niño', protagonizada por el actor vejeriego Jesús Castro. Una ficción que se distanció bastante de la realidad. En primer lugar, no era de La Línea ni usaban para los alijos motos de agua. El joven, llamado también 'el rey de las planeadoras', volvía a entrar en 2016 en prisión después de que la Guardia Civil lo detuviera en un control en las proximidades del municipio sevillano de Coria.
Odero estaba entonces en busca y captura desde que poco antes el Tribunal Supremo había ratificado la condena de siete años de cárcel que le impuso la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz por narcotráfico.
Distribuidores marroquíes lo tenían como referencia. Sabían que Odero era un experto en adentrarse a toda velocidad en ese laberinto de canales y cañizos que forma la desembocadura del Guadalquivir y que exige un milimétrico conocimiento de la zona.
También, según los investigadores que le siguieron durante años, Odero presumía de ser de los pilotos que llegaba más lejos. Hasta Isla Mayor. Una vez allí con la ayuda de los porteadores descargaban la droga, la ocultaban en guarderías y por tierra la distribuían por España y Europa.
El plan policial que acabó por desarticular el grupo de Iván se materializó un verano. Un centenar de agentes blindó Sanlúcar. Se realizaron casi una decena de registros. Y uno a uno fueron arrestados. Curiosamente, tan solo unos días antes, El Niño -el de Sanlúcar- y algunos de sus familiares habían estado dándose un homenaje de pescado y marisco en un conocido restaurante de Bajo de Guía, en el mismo local donde trabajaba uno de sus 'puntos' como camarero.
Lo último que se conoce de las andanzas de Iván Odero lo relacionan con una operación realizada en 2021 también por la Guardia Civil que desmantelaba una banda liderada desde prisión por él. Según la investigación, este grupo habilitó una nave industrial en Bigastro (Alicante) como una de las primeras fábricas de hachís en España. Se incautaron 8.300 kilos de esta droga.
Las pesquisas se iniciaron tras la muerte a finales de 2020 de cuatro presos en la cárcel de Campos del Río (Murcia II), donde Odero se encuentra interno. Dos de ellos fallecieron por sobredosis de cocaína y hachís.
Posible secuestro
Pero esta violencia y su absoluto descaro seguían dejando imágenes a las pocas horas que bien podrían ser de película en la provincia de Cádiz. La semana comenzaba de nuevo con muestras de lo que son capaces de hacer los implicados en este tipo de delincuencia, que da igual si es de día o de noche, o si se emplean armas de guerra en medio de un tranquilo barrio cuando los niños están a punto de salir del colegio y la vida sigue con absoluta normalidad.
Y es que vecinos de la calle Molinillo de Sanlúcar de Barrameda se llevaban un gran susto este lunes cuando pasado el mediodía, de repente un coche encerraba a otro en la citada vía y unos hombres encapuchados salían a la carrera, entre disparos. Al parecer, un hombre era metido a la fuerza en otro vehículo que también llegaba al lugar, una furgoneta blanca marca Volkswagen.
Algunos testigos aseguraban que habían escuchado varios disparos y, según ha podido saber este periódico, podría tratarse según los casquillos encontrados, de armas largas. También se han encontrado restos de sangre. Ahora mismo todas las hipótesis se encuentran abiertas y se ha iniciado una investigación.
Como han indicado fuentes oficiales de la Policía Nacional, hasta el lugar se desplazaron de inmediato varias unidades que acotaron el lugar de los hechos y recabaron el testimonio de varios testigos que manifestaron que una persona había sido introducida en una furgoneta en la que los presuntos implicados huyeron del lugar. En las batidas realizadas por la zona se ha encontrado uno de los vehículos implicados en la calle Juan Ramón Jiménez.
La víctima era encontrada horas después en una carretera, malherido. Con varios disparos. Todo apuntaría por tanto a un posible ajuste de cuentas entre bandas. Aunque este dato es muy prematuro aún, sí se acerca bastante al 'modus operandi' que se está empleando de manera cada vez más habitual entre los grupos dedicados al narcotráfico. Muchos de ellos, ciudadanos de origen extranjero.
Este nuevo episodio de violencia ocurre cuando pasa un mes de otro suceso de similares características. Como ya publicó LA VOZ, la noche del 14 de enero, un hombre era tiroteado cuando, al parecer, se encontraba junto a otras tres personas descargando petacas de gasolina u otra mercancía en la playa de Bonanza, Sanlúcar.
En esa ocasión no ocurría en la misma ciudad sino en la zona de su costa. Eran aproximadamente las nueve de la noche cuando cuatro hombres estaban en este lugar y, sin que se sepan aún las causas exactas, comenzaban a recibir disparos en mitad de la más absoluta oscuridad. Tres de ellos se refugiaban y salvaban pero otro recibía un impacto en el brazo.
La Policía Nacional se desplazaba al lugar e intentaba recoger los primeros testimonios de las víctimas. El herido era trasladado de urgencia al hospital, grave pero sin que su vida corriera peligro.
Los agentes inspeccionaban la zona y a un kilómetro encontraban una semirrígida -de las que se utilizan para alijar hachís- con petacas de gasolina y neoprenos. La 'goma' estaba ardiendo y algunas garrafas de combustible habían explosionado. No se descarta que esta lancha pudiera pertenecer a las víctimas quienes se vieron sorprendidos por el ataque.