DANA en Valencia

De Villamartín a Utiel por la DANA: «Te decían que no les dieras más cosas»

Cádiz

Carlos Escribano, vecino de la localidad serrana, acudió a la provincia de Valencia cargado de todo lo que pudo para prestar ayuda

La solidaridad gaditana aflora en Valencia

Un sanluqueño en la zona cero de la DANA: «Esto lo ha salvado la gente»

Labores de limpieza en las calles de Utiel. L. V.
Álvaro Mogollo

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Carlos Escribano, de Villamartín, había hecho hace poco tiempo un viaje hasta Valencia en moto para reunirse con su hijo, que vive en Barcelona. Tenía fresco en la mente un paisaje que vio anegado a través de unos vídeos y eso le conmovió todavía más.

El sábado día 2 se puso en contacto con un vecino del pueblo que es originario de Utiel para que le hiciese llegar cuáles eran las necesidades más inmediatas sobre el terreno. Hablaron con más personas que tenían pensado desplazarse a Valencia y empezaron a llenar un furgón, el que utiliza para el reparto en su tienda de decoración e interiorismo, que se les quedó pequeño y al que rápidamente sumaron otro para coger carretera y manta.

Desplazarse en vehículos medianamente ligeros ha jugado en su favor, puesto que podían acceder donde otros camiones o tráilers lo tenían imposible, lo que les permitió entregar en mano víveres y artículos de primera necesidad a los vecinos afectados: «La gente te lo agradece todo 50 veces».

El trato cálido de quienes reciben en su pueblo a los voluntarios termina sobrepasándolos, al igual que el hecho de que tengan la altura de miras de pensar en los demás: «Eso nos rompió el corazón. Cuando ves a gente que lo ha perdido todo y le entregas comida, pañales o potitos y les quieres dar algo más y te dicen que no, que sigas repartiendo para otra gente... Eso te llega mucho».

Pese al revuelo político generado en torno a la DANA, Carlos agradece que en Villamartín tanto el gobierno como la oposición han colaborado para facilitarle una serie de necesidades: «Me ha llamado mucho la atención». Partieron con la ayuda a primerísima hora de la mañana del domingo y se volvieron al final del mismo día, dándose una auténtica paliza pero habiendo aportado para la causa.

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