un asesinato de barbate
La sorprendente entrega y la confesión de Karim Baqqali a la Guardia Civil: ¿qué hay realmente detrás?
asesinato de barbate
Los agentes habían estrechado el cerco para su detención pero aún así El Baqqali seguía haciendo vida normal en Marruecos a pesar de saber que estaba plenamente identificado
La presión de otras bandas, la de su propia organización, además de otro tipo de investigaciones patrimoniales sobre un posible blanqueo de personas próximas, posibles claves
La Fiscalía de Cádiz en ningún momento barajó poder pactar una entrega voluntaria
La nueva vida del «asesino» Karim: de pasear en moto y en barco por Dalía a estar en Puerto II a la espera de asignación de módulo
Karim El Baqqali está acusado de dos delitos de asesinato, otros cuatro de tentativa de asesinato, además de pertenencia a organización criminal, varios de lesiones y de contrabando. Una decena de delitos diferentes, amplios y de gran peso penal. Por tanto, un procesamiento que le podría costar estar el máximo de años que la ley española permite en prisión. Además de no optar a permisos penitenciarios hasta que pase una buena temporada a la sombra.
Sin embargo ese castigo al que se podría enfrentar de ser condenado no le ha pesado para cruzar por sus propios medios el Estrecho y entregarse a las fuerzas españolas para asumir su responsabilidad en el crimen de dos agentes de la Guardia Civil en Barbate el pasado 9 de febrero. Es más, él mismo ha confesado (en la Comandancia y en el juzgado) que sí era quien pilotaba la narcolancha que le pasó por encima a los agentes. Es decir, ha reconocido la autoría de ser el piloto, lo que encima le conlleva una losa mucho mayor de esa evidente responsabilidad penal.
Ha tardado siete meses y algo más en dar ese paso y dejarse engrilletar ya que, como según ha declarado, supo que habían muerto los guardias civiles tras los hechos y antes de fugarse a Marruecos. Un tiempo en el que se refugió con el amparo de gente próxima en un lugar bien conocido por él y que podía ser fácilmente deducido por quienes le perseguían. Se fue a su propio país y a su propia región. No buscó un escondite más alejado o de difícil acceso. Nada de búnkeres ni islas desiertas.
Sin esconderse en Dalía
Karim eligió Dalía, un pueblo de costa, marinero, pequeño, donde cohabitan y se mueven otros clanes del narco como el de su tío, Abdellah El Merabet, alias 'Pus Pus' o el poderoso Abdellah Ell Haj Sadek el Membri. 'el Messi' (por cierto, fugado desde 2019). Dos clanes que tras la fatal y cruel maniobra de Karim se estaban sintiendo presionados por España, por Marruecos, entre ellos y además con los ojos de otras organizaciones en sus nucas.
Porque lo que había ocurrido esta vez no era simplemente una requisitoria por un juicio o condena de salud pública pendiente, sino que en esta ocasión la gravedad de lo ocurrido y la asfixia diplomática estaba siendo mayor. Y muy seria. Además, por supuesto, de la cantidad de millones de euros que están perdiendo o pueden perder con sus lanchas guardadas debido a esa presión de más ejercida desde todos los lados.
De esta forma el «avispero estaba ya muy revuelto», cuentan algunas fuentes a este periódico. Comenzaba así a dar sus frutos el complicadísimo trabajo de investigación de los agentes de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz y de la Unidad Central Operativa (UCO) en un país extracomunitario que no suele entregar a sus compatriotas ni favorecer en absoluto esa labor, pero que finalmente lograba identificar al principal implicado. En este sentido las declaraciones de algunos testigos, como los primeros detenidos en la causa, también han sido clave. Hay que recordar que estos y otros tripulantes estuvieron juntos durante horas en el puerto de Barbate, con sus 'gomas' abarloadas, y pasándose de unas a otras, comiendo, hablando, entreteniéndose... como suelen hacer.
Así, una vez que tenían su posible nombre, hurgando en sus archivos, y moviendo sus contactos y confidentes daban con El Baqqali. Eso también ejercía otra coacción añadida y tan necesaria en estos casos. «Que estén nerviosos...», se decía. Además, cuando ese perímetro de control y vigilancias y negociaciones se hacía cada vez más pequeño, la publicación de la foto del piloto en este medio disfrutando de su libertad en una vida normal, pasando un día de amigos en un barco, provocaba otro peso mediático y social añadido. La presión iba cada vez a más.
Crecían las presiones
Y crecían las coacciones y los 'consejos' a Baqqali para que se entregara. Algunas fuentes apuntan que desde su propia organización se le instaba a cruzar a la otra orilla para que no diera «más problemas». Para no desatar una guerra ni ajustes con otros. Además -y esta es otra posible clave de peso- de otros temores de que hubiera otro tipo de investigaciones que escarbaran en el patrimonio de algunos jefes de la zona. Como por ejemplo si son dueños y de qué manera de buena parte de las construcciones y urbanizaciones u otros negocios que se reparten por el norte de Marruecos. Por Tánger y alrededores, concretamente. O incluso por la Costa del Sol.
En este sentido, no sería la primera vez que se descubre que tras las argucias y negocios de estas bandas existe todo un entramado económico. Sin ir más lejos hay quien recuerda cómo en 2021 se fue pagando a base de supuestas donaciones en 'crowdfunding' los 200.000 euros que se le impusieron de fianza a otro viejo conocido, Isco Tejón 'El Castaña'. Durante días y en peregrinaje, multitud de personas iban aportando 100, 200 euros en el juzgado para que saliera de prisión. «Para lo de Francisquito», decían a los funcionarios. Al tiempo, estas donaciones se han relacionado presuntamente con el dinero de una empresa holandesa.
Porque, como siempre recuerdan todas las fuerzas que luchan contra el narco, donde más daño se les hace y, sobre todo, cuando más se sienten amenazados, es cuando ven peligrar aquello por lo que trafican con droga y se juegan la cárcel: el dinero. Por tanto, esta arista ha podido ser una de las principales bazas en esas 'negociaciones' o 'gestiones' de una inesperada entrega para la mayoría.
¿Un posible pacto con la fiscalía?
En cuanto a la implicación de la Fiscalía de Cádiz en dicha entrega o un posible pacto con el principal imputado por el crimen de los dos guardias civiles, esa posibilidad no ha existido. Ni se ha baremado. El Ministerio Público, la sección Antidrogas concretamente, no ha intervenido en esta operación policial y, de hecho, mantiene desde el principio del procedimiento la misma acusación en los recursos que se han ido planteando salvo la evidente exculpación de asesinato de los primeros detenidos.