Sucesos
La Policía localiza en un contenedor de Morón de la Frontera el móvil de la madre del menor desaparecido
Los investigadores procederán ahora al análisis de los datos del terminal, que se encontraba fracturado
La Policía Nacional localiza en un contenedor de basuras de Morón de la Frontera el teléfono móvil de Macarena Díaz , la mujer de 38 años que se llevó a su hijo de 15 años, que padece una grave enfermedad, el pasado domingo y que desde entonces se encuentra desaparecido. Antonio David fue visto por última vez la noche del domingo en un hotel de Talavera de la Reina . Su madre fue localizada la mañana del lunes en una gasolinera de la provincia de Segovia . Los investigadores, desde entonces, tratan de conocer los movimientos de madre e hijo desde que salieron de la localidad sevillana hasta que ella llegó a la estación de servicio en Castilla y León, al tiempo que toman declaración a Macarena sobre lo sucedido. Ya van varias versiones. Ella, que padece una enfermendad mental, está ingresada en una unidad de Psiquiatría de un hospital segoviano .
Mientras agentes de la Policía Nacional intentan avanzar en despejar las dudas que albergan los distintos relatos que ofrece la madre sobre los hechos, en los que traslada que mató a su hijo o que éste había muerto hace días, y otros policías buscan a Antonio David por Madrid, donde ella dice que dejó su cadáver, ayer agentes de la Unidad de Atención a las Familias y a la Mujer (UFAM), del Grupo de Homicidios y de la Científica inspeccionaron la casa de Macarena en Morón, donde vivía con su hijo de 15 años y su hija de 19, a la que recientemente echó de la vivienda por una discusión.
El objetivo era revisar de nuevo todos los rincones del domicilio a la espera de encontrar algún detalle o pista que pudiera ayudar en la investigación. Esta mañana ha concluido este análisis de la casa.
También inspeccionaron los contenedores de basuras cercanos a la calle Los Molares, donde vive Macarena, quien en los últimos días habría estado tirando enseres y muebles de la casa.
En el marco de estas labores, que han continuado esta mañana, los agentes han localizado en uno de los contenedores el teléfono móvil de Macarena. El terminal se encuentra con la pantalla fracturada y ahora los investigadores procederán al análisis de la información y datos que albergue el mismo, aunque no podrá ser útil para saber los movimientos de la madre y su hijo desde que salieron de Morón el pasado domingo hasta que ella fue localizada en Segovia.
Mientras la Policía en Morón trataba de conseguir alguna pista, la madre sigue ingresada en un hospital de Segovia por su delicado estado mental. Allí ofreció ayer su nueva versión , adelantada por ABC. Esta auxiliar de enfermería de 38 años, que padece bipolaridad, dijo: «Mi hijo murió el 8 de septiembre, en casa. Tenía fiebre y empezó a echar espuma por la boca», ha dicho. Los agentes no otorgan mucha credibilidad a esta nueva versión, al menos, e nsu totalidad.
De Morón a Segovia
El domingo por la mañana, 12 de septiembre, la hermana del desaparecido vio a su madre en la puerta de su casa de Morón, pero, habida cuenta de la pelea que existió entre ambas no quiso acercarse. Macarena, ese mismo día, habría cogido a su hijo con su silla de ruedas (es un gran dependiente , que no habla, no oye y ni siquiera puede comer por sí mismo) y lo subió en su coche.
Según ha dijo se disponía a trasladarse a Galicia. Emprendieron el camino por la Ruta de la Plata (la autovía A-66), que une Sevilla con Mérida y desde donde se puede enlazar con Madrid. Llegaron al Hotel Perales, en Talavera de la Reina. Macarena llegó con su hijo a las 20.30 horas. El niño iba aparentemente dormido y con las piernas tapadas con una manta. A las 00.30 horas del lunes se fueron.
La siguiente noticia que se tuvo de ellos fue en torno a las once de la mañana. La empleada de una estación de servicio de Carabias (Segovia), a la altura del kilómetro 130 de la autovía de Burgos (A-1), alertó a una patrulla de la Guardia Civil que estaba haciendo un control de que había «una mujer muy desorientada. Allí contó a los agentes que había matado a su hijo y lo había arrojado a unos contendores en «una de las salidas de Madrid, junto a un edificio blanco y rojo que está abandonado». Por las señas que dio, los investigadores creen que está cerca del centro comercial Xanadú, en el término municipal de Arroyomolinos, en Madrid, vecino del de Móstoles.
La Unidad Central de Familia y Menor (UFAM) de la Policía Nacional, que trabaja mano a mano con las Jefaturas Superiores de Andalucía Occidental, Castilla y León y Castilla-La Mancha, creen que el testimonio de Macarena hay que ponerlo en cuarentena .
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