Empresas
Los empresarios gaditanos, inquietos ante la posible reducción de jornada
Cádiz
Creen que las empresas sufrirían perjuicios con los nuevos turnos
Aseguran que la teórica creación de empleo no se producirá porque el desfase horario no favorece la contratación
Uno de cada tres contratos indefinidos firmados en Cádiz son fijos discontinuos
La creación de nuevas empresas en Cádiz empieza a dar síntomas de enfriamiento
Lograr la reducción de la jornada laboral a las 37,5 horas semanales es uno de los principales objetivos de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz, que plantea alcanzar un acuerdo que pueda entrar en vigor en 2025.
Para ello, tiene que lograr un entendimiento con la CEOE y Cepyme, de cara a que la normativa sea aplicada en las empresas. Visto lo visto, no parece fácil porque se requiere de un equilibrio entre todas las partes que desde el sector empresarial no ven claro.
Esta medida va de la mano con las subidas del salario mínimo interprofesional que se han ido produciendo, una de las bazas que exhibe Díaz pero que las empresas utilizan para exponer que llevan un tiempo haciendo un esfuerzo y que necesitan tiempo para abordar los siguientes.
El objetivo del Gobierno es que los españoles tengan que trabajar menos para lograr un mejor salario, pero la pata empresarial cree que se está yendo demasiado rápido en la aplicación de la agenda y se puede poner en riesgo una parte indispensable de la creación de empleo.
Los sindicatos se muestran a favor puesto que los empleados mantienen el salario y tendrán que trabajar menos tiempo, pudiendo dedicar esas horas a otros menesteres, algo que consideran esencial para aumentar la calidad de vida, especialmente en el caso de aquellos trabajadores que perciben el salario mínimo o sueldos bajos.
«Hombre, yo lo veo muy bien. Ya que no gano mucho dinero, pues por lo que menos que tenga que trabajar media hora menos al día», dice Carlos, empleado de una tienda de una conocida marca multinacional en el centro de Cádiz.
Dentro del Ejecutivo hay también discrepancias, pues Trabajo dio un ultimátum a la patronal de cara a que presentasen sus propuestas antes del 1 de julio, mientras que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, aboga por iniciar este recorte en las 38,5 horas, con una mayor flexibilidad y estableciendo un margen de varios meses para lograr un acuerdo con las empresas.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, fue el martes muy crítico en la asamblea general de la organización, diciendo que el Ministerio de Trabajo gobierna «contra las empresas, el país y los ciudadanos», asegurando que la reducción supone que las empresas tengan que dar 12 días más de vacaciones pagadas a sus empleados.
El Consejo General de Gestores Administrativos de España ha presentado esta semana un informe sobre el impacto económico que supondrá esta medida, cifrando en 15.300 millones de euros el coste para las empresas de reducir la semana laboral a 37,5 horas.
Ante esta tesitura, el posible acuerdo no parece, de momento, inminente. Pero sí que está en la hoja de ruta del Gobierno de España dentro de la presente legislatura y la aspiración es que entre en vigor para el próximo año 2025.
Postura de los empresarios de Cádiz
¿Y qué supondría esta reducción de dos horas y media menos de trabajo en la provincia de Cádiz? Los representantes de los distintos colectivos empresariales no ven, en general, con buenos ojos la posible aplicación de esta medida porque creen que, pese a que en teoría favorecería la creación de empleo porque se necesitaría más mano de obra para cubrir las horas semanales, en la práctica se vería mermado el proceso productivo porque sería difícil encontrar trabajadores para periodos de tiempo tan cortos.
De aplicarse dicho recorte a las 40 horas de la jornada actual, los empleados dejarían de trabajar más de una decena de días al año, en un baremo que la patronal cifra en 12 jornadas y los sindicatos en torno a las 16. Para los empresarios, tal y expresan en este reportaje, el problema está en cómo cubrir ese periodo de menos de un mes con otro empleado, pues entienden que tendrán que hacerlo con una contratación de menos de un mes, con turnos completos consecutivos, ya que nadie va a querer trabajar dos horas y media semanales o mucho menos aún treinta minutos diarios para paliar la reducción sin afectar a la producción.
El presidente de la Confederación de Empresas de la provincia de Cádiz, Javier Sánchez Rojas, mantiene una postura crítica respecto a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales propuesta por el Gobierno, alineada con los argumentos expresados por CEOE y CEA a nivel nacional y andaluz, respectivamente.
La cabeza visible de los empresarios gaditanos ha expresado su preocupación por el impacto negativo que podría tener en la productividad de las empresas y en la economía, especialmente para las pymes y los autónomos, que son la base del sistema productivo de la provincia de Cádiz.
Sánchez Rojas acusa al Ministerio de Trabajo de imponer su agenda sin escuchar las propuestas de la CEOE, refiriéndose a las negociaciones como un «monólogo social». Reclama en este sentido respeto al diálogo social, que debe tener en cuenta las necesidades de las empresas.
Además, ha criticado el enfoque del Gobierno, argumentando que muchas empresas ya operan con jornadas reducidas a través de acuerdos sectoriales y que una reducción impuesta por ley podría aumentar los costes laborales y afectar negativamente la competitividad de las empresas gaditanas.
Sánchez Rojas ha insistido en la necesidad de abordar estos problemas de manera integral y no sólo mediante la reducción de la jornada laboral, debatiendo cuestiones clave como la formación y la modernización de las empresas.
La Confederación de Empresas de Cádiz apoya a las organizaciones cúpula, CEA a nivel regional y la CEOE en la esfera estatal, para seguir dialogando frente a «las imposiciones unilaterales del Gobierno» que no consideran las particularidades de cada sector y las realidades de las empresas.
«Esto en la hostelería es un problema»
Antonio de María, presidente de Horeca, cree que la medida tiene difícil encaje para que las empresas mantengan la producción: «¿Tenemos que contratar a alguien para que venga a echar esas dos horas y media de reducción? Esto en la hostelería es un problema porque o abres media hora más tarde o cierras media hora antes, con un perjuicio para la producción y la clientela».
La aplicación de este recorte horario sería más bien acumulativo, expone de María: «La gente seguiría echando sus 40 horas semanales y acumulando esas dos y media para irse luego de vacaciones 45 días en lugar de los 30 actuales». «Eso tiene un coste importantísimo», indica.
En el convenio ya se contempla la distribución irregular de la jornada, con la previsión de que en determinados días se puedan echar más horas para compensarlas posteriormente en otros momentos en los que haya menor carga de trabajo. Por lo que cree que en muchos sectores se seguirá con el turno de ocho horas para cubrir el día completo con tres empleados: «Es más lógico que se haga así porque sería más fácil contratar a alguien para 15 días que no para que eche media hora diaria», indica.
La hostelería requiere, según Horeca, la aprobación de una mayor bolsa de horas extraordinarias, puesto que depende de una clientela cuyo número es imposible prever de antemano, pudiendo haber días en los que no haya mucho trabajo y otros en los que se requiera alargar el turno.
«¿Quién va a querer contratarse por esas horas nada más?», afirma de María, que aboga por equilibrar el balance de horas a lo largo del año de forma regulatoria, pudiendo echar más en temporada alta y bajando de esas 37,5 en momentos más flojos del año como enero.
Que los empleados trabajen menos no va a implicar mayores contrataciones de gente en paro: «Nos dicen que se van a crear no sé cuántos puestos de trabajo, eso no es verdad. Como es solo media hora diaria, ¿le vamos a decir a alguien que se venga a trabajar de lunes a viernes de ocho a ocho y media? No tiene sentido».
«Me parece una medida de imposición»
El presidente de la Asociación de Hoteles de la provincia de Cádiz, Stefaan De Clerck, también se muestra contrario a la posible reducción de la jornada: «No entiendo la intención de modificar lo que ya está funcionando bien». Igualmente cree que esta medida no traerá consigo un aumento en la contratación, una de las principales motivaciones que esgrimen desde el Ministerio de Trabajo. «Me parece una medida de imposición, intervencionista», afirma.
«Nuestro trabajo es presencial, lo que quiere decir que haya o no trabajo hay que estar presentes en el puesto, así que esa media hora de trabajo menos a nosotros nos rompe todos los esquemas», indica sobre el encaje de la reducción.
Al haber una temporalidad muy alta en el sector hotelero, sí que se podría compensar el número de horas entre diferentes periodos del año, indica De Clerck: «En verano nos falta gente y con los hoteles al cien por cien. Y en invierno hay algunos servicios que no están abiertos y eso sí lo veo interesante».
«Creo que va a afectar de una forma negativa y si la empresa no funciona, el empleo no crece, sino todo lo contrario. Lo hemos visto con las crisis», asegura. Las pequeñas empresas serán las más afectadas: «No van a poder acometer una contratación de alguien más y van a tener que reducir su horario, lo que puede repercutir en la productividad».
Para que las empresas sean viables, se podrían ver obligadas a subir precios, lo que impactaría en la competitividad del turismo español: «Podríamos perder competitividad respecto a otros destinos. Ahora que estamos en una posibilidad de liderazgo en el mundo, no creo que sea el momento».
En el sector hotelero es habitual que muchos establecimientos cierren durante una parte del año: «Estoy seguro de que esta medida va a hacer que muchos más hoteles cierren en invierno», algo contrario al objetivo de que permanezcan abiertos los doce meses, manteniéndose de forma fija los empleos del sector.
