Sucesos
La red de San Fernando que engañaba a media España, delincuentes de 20 años con robos y trapicheos en su historial
Sus habilidades con la informática no les daba para 'hackear' cuentas pero compraban los datos confidenciales de sus víctimas en el mercado negro
Para no dejar su rastro, con el dinero que robaban se hacían con criptomonedas que vendían en cajeros específicos de otras ciudades como Sevilla
De nuevo San Fernando se sitúa como epicentro del delito tecnológico de toda España. Y es que, y según reconoce uno de los agentes que más duro batalla contra estos depredadores de víctimas por internet, en este municipio se ha extendido de forma especialmente incisiva dicha práctica delictiva entre jóvenes que dedican su tiempo a robar a los demás.
Y de nuevo estas personas que han sido investigadas son veinteañeros sin trabajo ni estudios conocidos y además con antecedentes por robos y trapicheo de drogas. Gente que ahora ha descubierto en las redes y las apps de mensajería, una ventana estupenda para enriquecerse y así poder comprarse el móvil más moderno, la videoconsola más codiciada, la ropa de marca y los mayores desfases de sus fiestas. Porque, al parecer, esos son sus principales objetivos.
Así lo confirman fuentes de la Policía Nacional tras la última exitosa operación efectuada por agentes de la Comisaría local de San Fernando y por la que han detenido a cuatro de estos individuos que, según sus pesquisas, se dedicaban a engañar a gente a la que, tras conseguir sus datos, les enviaban mensajes haciéndose pasar por sus bancos y consiguiendo sus claves a través de diferentes artimañas.
Se les imputan nada menos que sesenta estafas aunque, como se advierte, podrían ser muchas más debido al alto nivel de actividad que tenían con víctimas de media España. «Hablamos de miles y miles de euros», afirma a este periódico quien ha capitaneado esta compleja investigación y que sostiene que la cantidad de dinero estafada es solo una estimación ya que podría ser mucho mayor.
La investigación arrancó hace nueve meses cuando los agentes comenzaron a recibir las primeras denuncias que apuntaban a un mismo 'modus operandi'. Los presuntos integrantes de la organización utilizaban la modalidad del 'smishing', consistente en, a través de programas informáticos por los cuáles han efectuado un pago previo, enviar mensajes de texto de forma masiva a numerosas personas para hacerles creer que ese SMS es un mensaje de su entidad bancaria.
Una vez que las víctimas abren el enlace enviado por SMS y acceden a su cuenta online, los estafadores toman el control, ya que en realidad la víctima no está entrando en la web del banco sino en otra creada por estos ciberdelincuentes para obtener todos sus datos bancarios. A partir de ahí, ya con ese acceso, pueden operar con esas cuentas como quieran.
Y para intentar no ser rastreados uno de los métodos más habituales es hacerse envíos de códigos a sus móviles y de ahí van a los cajeros donde con esos números pueden sacar el dinero. Y otra modalidad, convertir ese dinero en criptomonedas y luego venderlas en los cajeros específicos como se sospecha que hacía esta banda.
Además, al no tener buenas dotes de 'hackers' ni preparación ni formación, este tipo de redes compran bancos de datos en el mercado negro. En esta investigación por ejemplo se ha destapado que se hacían con números de teléfonos a través de páginas rusas. Estos números los usaban para contactar directamente con sus víctimas, llamándoles haciéndose pasar por agentes comerciales o de seguridad de los bancos y así con la ayuda de los propios estafados, lograban entrar a pesar de las claves de acceso y verificación.
De los cuatro detenidos en esta operación, tres de ellos han sido enviados a prisión tras pasar a disposición judicial. El otro ha quedado en libertad con cargos.