TURISMO EN CáDIZ
El pueblo 'fantasma' escondido en la sierra de Cádiz: ¿cuál es?
Se trata de un poblado que estuvo habitado hace seis décadas y que ahora es un gran reclamo turístico rodeado de naturaleza
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Panorámica del poblado del pantano de Los Hurones en San José del Valle
Escondido en medio de la naturaleza y con ciertos tintes de paisaje gallego, el Charco de los Hurones es un paraje natural enclavado en el Parque Natural de Los Alcornocales entre San José del Valle y Algar y está considerado como una auténtica joya de la naturaleza.
La vegetación de la zona está formada principalmente por alcornoques y entre la fauna son destacables las rapaces tanto diurnas como nocturnas, además del jabalí y el corzo. Aunque también sorprenden los venados en la temporada de la berrea.
El Charco de los Hurones es un lugar ideal para ir a pasar el día en contacto con un entorno natural muy bien conservado. Permite pasear a pie o en bicicleta y, si te gustan el turismo activo y realizar actividades se puede pescar o practicar Kayak. No es un espacio masificado de turistas y trasmite paz.
Ubicación del poblado Pantano de los Hurones
En busca de agua
La historia del Charco de los Hurones surge con el Plan Nacional de Embalses de 1945, que contemplaba la construcción de tres nuevos embalses: Bornos, Arcos y Los Hurones. Estas obras acabarían con los problemas de abastecimiento de agua en las ciudades de Cádiz y Jerez de la Frontera así como de otros pueblos importantes de la provincia. Construido en el término municipal de San José del Valle, próximo a Algar y a las poblaciones de El Bosque y Ubrique, el embalse de Los Hurones fue terminado en el año 1964.
Para solventar la distancia que había desde la zona hasta el pueblo más cercano decidió construirse el poblado Charco de los Hurones en el que habitarían los técnicos, los operarios que construyeron la presa y los empleados de las propias instalaciones.
El pantano ocupa aproximadamente 900 hectáreas que embalsan las aguas del río Majaceite.
Entrada por el puente de piedra
Poblado Charco Hurones
El poblado, donde se presupone que pudieron vivir alrededor de 300 personas en su temporada de mayor esplendor, está formado por 32 viviendas colocadas en hileras agrupadas en dos conjuntos iguales y separadas por la antigua casa rural y la iglesia, además de contar con un albergue, garajes, la escuela, almacenes, una venta que antiguamente fue un laboratorio, la tienda o economato, la casa del cura y una zona recreativa que estaba al aire libre con piscina, bolera, pista de tenis y futbito, entre otras instalaciones. A la vez que se construía se plantaban árboles y jardines que aún presentan un aspecto muy cuidado para el visitante. Tenía todo lo necesario en la época: hospital, colegio e iglesia.
El pueblo a su entrada tiene el que era el hospital rodeado de un bosque espléndido. Le sigue el puente de piedra, con sus farolas que acercan al poblado, donde lo primero que se ve es la torre de la iglesia. En su entorno hay unas casitas bajas con unos árboles de pequeño porte y el camino termina en la Venta y con dirección a la presa.
Venta El Pantano
Quien para en esta Venta sabe que aquí se come de maravilla. Cuenta con mesas al aire libre que favorecen la conexión con el entorno mientras uno está comiendo, y actualmente juega sin competencia, ya que no hay ningún otro espacio gastronómico abierto en el poblado. De hecho, el propietario y su familia son los únicos que viven en este «pueblo inhabitado», según relata una pareja en una de sus recientes rutas, que no pudo resistirse a probar la carne, especialidad de la casa, y las croquetas del restaurante.
El canal 'Ilusiónate por el Mundo' hizo una parada en este pequeño poblado en 2021, dejando constancia de cómo se encuentra en la actualidad. Y aunque es cierto que fue abandonado por sus familias originarias hace varios años, la presencia de coches y la afluencia en la Venta El Pantano demuestran que este rincón es una visita imprescindible entre los turistas de la zona.
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