tribunales

Juicio por torturas y asesinato en Chipiona, hablan las víctimas: «Era paliza tras paliza»

El jurado escucha el testimonio aterrador de los hombres que fueron retenidos, amordazados y golpeados por un supuesto ajuste de cuentas de droga. «No paraban de pegarnos, yo solo podía agachar la cabeza». A uno de ellos lo mataron

Uno de los acusados ha confesado que acuchilló a la víctima mortal aunque niegan que los tiraran desde una furgoneta en marcha tras secuestrarlos

Uno de los procesados entra en la Audiencia custodiado por Policía Nacional y Guardia Civil. N. Frade

M. Almagro

Los testimonios escuchados este martes en la Audiencia de Cádiz pueden servir de retrato de lo aterrador que puede ser ese oscuro y peligroso submundo de la droga. La violencia que a menudo se emplea si hay algún imprevisto para quien manda y donde los escrúpulos y la clemencia desaparecen por completo. No hay sitio para la pena ni para el ruego ni siquiera para la vida si se tercia. Lo que ocurrió aquel sábado de septiembre de 2019 en un campo de Chipiona si se toman como ciertas las palabras de quienes lo vivieron fue «una auténtica pesadilla».

Y así los han relatado dos de las cuatro víctimas que han querido declarar en el juicio que estos días se sigue en la Sección Primera contra los seis procesados (un español, un marroquí y cuatro franceses) por presuntamente secuestrar a cinco vecinos de Chipiona y darles brutales palizas hasta causar la muerte de uno de ellos al que acuchillaron por el supuesto robo de un alijo de droga. Porque en la sala solo han declarado dos de los cuatro citados ya que los otros dos han insistido en que no recordaban «nada». A pesar de que casi los matan a golpes.

El primero de ellos, quien sufrió importantes lesiones y secuelas y quien estaba en la furgoneta desde la que lanzaron a tres tras las supuestas torturas, se ha mostrado ante el jurado muy afectado sin querer hablar. «No me acuerdo de nada. Me han borrado mi vida, me la han quitado. Yo solo me levanté y estaba en el hospital. No recuerdo nada más», ha medio balbuceado.

Misma intención tenía el segundo testigo y víctima de los hechos, además primo de la víctima mortal y que fue junto a él y otro más al campo donde ya estaban los procesados esperándoles. A pesar de la insistencia del fiscal y de las partes en sus preguntas, este hombre repetía no recordar nada. Sin embargo y a petición de la acusación, el jurado podía escuchar la testifical que esta persona hizo en instrucción como parte de la prueba.

En dicha grabación sí da mucho más detalles sobre lo ocurrido. Según explicaba entonces ese día se encontraba en su casa dándole de comer a los gallos de pelea que tiene cuando le llamó su primo por teléfono y le pidió que le acompañara junto a otra de las víctimas a otra localización. «No me dijo nada más. Yo no sabía donde iba ni por qué», manifestó. Y fue al llegar cuando comenzó la 'película' de terror.

«Entramos con el coche y ya fue paliza tras paliza. Vinieron hacia nosotros y nos sacaron, no sé cuantos eran, me quedé bloqueado. No se les veía la cara, llevaban pistolas». Y empezaron los golpes. «No sé si me daban con las armas o con puñetazos pero acabé con cinco o seis fracturas en la cabeza. A mí me metieron en un cuarto con cinta tapándome los ojos».

Y tras esto, lo llevaron junto a las otras dos víctimas más graves en una furgoneta desde donde los arrojaron en marcha. «Escuchaba a mi primo que no podía apenas respirar. Fue la última vez que pude hablar con él. Le decía que estuviera tranquilo».

«Me levanté chorreando de sangre por todos lados»

El relato continuaba con una tercera víctima que ya sí optaba por testificar ante el jurado que deliberará sobre los que supuestamente les torturaron y casi matan. Esta declaración fue algo más precisa y la aportó otro vecino que supuestamente no tenía mucha relación con el dueño de la vivienda (el español que está acusado) pero de quien sin embargo también recibió un aviso (vía whatsapp) para que acudiera a la finca.

«Nada más entrar me tiraron al suelo y me maniataron», relató. «Iban encapuchados y se me tiraron encima, no me dio tiempo a reaccionar. Me golpearon con palos y con más cosas, no lo sé... », recordaba afectado. «Fueron unas pocas de horas y cuando me desperté noté que estaba chorreando de sangre por todos lados».

Tras «unas pocas de horas» le dijeron, según su declaración, que se podía ir pero que tenía que volver al día siguiente porque si no lo hacía: «me matarían a mí y a mi familia». Y por «miedo» regresó. Y de nuevo nada más llegar empezaron a pegarle. Entonces escuchó como el dueño de la casa, que «no estaba atado», llamaba a los otros para que fueran. «Fue más de una hora de golpes, lamentos y llantos. Me decían... 'dónde está la mercancía' mientras me daban golpes y golpes».

«Nos preguntaban dónde estaban los 29 bultos mientras no paraban de golpearnos»

Esta declaración coincidió en gran parte con la del otro afectado que dio su versión. Este vecino también recibió una llamada también del dueño de la finca pidiéndole que le hiciera «el favor» de llevar a la víctima mortal que iba con su primo hasta su casa. Y misma situación: «Cuando llegué salieron varios hombres y pegándonos nos llevaron hacia dentro, iban con un pasamontañas», relató.

Ya dentro los sentaron en un sofá y a él lo tuvieron con la cabeza agachada. «Solo me preguntaban una y otra vez dónde estaban los 29 bultos (fardos) mientras no nos dejaban de golpear». Finalmente, muy malherido, pudo salir de la casa y no fue llevado con los otros tres en la furgoneta. Sin embargo no acudió a denunciar de inmediato. «No denuncié esa tarde. Tenía mucho miedo, lo hice a los dos días».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación