Narcotráfico Cádiz
Los guardias civiles supervivientes de Barbate: «Nosotros no estábamos preparados ni esa embarcación era la adecuada»
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Los agentes que iban en la pequeña zódiac que fue arrollada por la narcolancha cuentan ante la jueza lo que ocurrió y cómo se les dio la orden: «Se nos dijo 'haced lo que podáis'»
La orden previa al asesinato de los dos guardias civiles en Barbate: «Que os vean y se vayan»
Los guardias civiles supervivientes confirman que hubo hasta tres embestidas graves y apuntan a la narcolancha más grande
Continua la instrucción sobre uno de los sucesos más fatídicos relacionados con el narcotráfico ocurrido en la provincia de Cádiz de los últimos tiempos: el asesinato de dos guardias civiles en el puerto de Barbate cuando ellos y sus compañeros fueron enviados a interceptarlos o echarlos de allí.
En estas declaraciones en el juzgado que se produjeron el pasado 10 de mayo, a las que ha tenido acceso Canal Sur, los agentes explicaron a preguntas de la Fiscalía cómo fue el paso a paso de lo ocurrido. En una de ellas uno de los miembros del GAR, compañero del fallecido David Pérez Carracedo, relató los momentos previos al ataque: «La embarcación que colisiona la estamos viendo, alguna vez la perdimos de vista porque había otras tres que nos estaban rodeando y nos atacaban. Pero en el momento del impacto vimos claramente que venía de lejos sin cambiar la trayectoria, que venía a por nosotros», recordaba. «Esa embarcación había atacado tres o cuatro veces. Luego había otras dos posteriores pero la que nos pasó por encima era más violenta que las demás».
En cuanto a si la pudieron distinguir para poder identificarla, el agente no pudo llegar a concretar: «No le podría indicar ninguna particularidad que las diferenciara de las demás, eran todas más o menos del mismo tamaño, oscuras... Que yo recuerde todas tenían mínimo unas tres personas».
«No pudimos ir con armas largas»
Al ser cuestionado sobre quién y cómo se les da la orden de que actúen, este agente aclaró: «El cometido nunca estuvo claro. A mí y David nos elige a dedo el sargento jefe de sección. Se nos dice que nos pongamos un neopreno y que esperamos porque vamos a apoyar al Servicio Marítimo. Una vez en el coche nos recogen, nos hacen entrega de dos cascos y nos indican que 'hagamos lo que podamos'. Nos dicen que el Servicio Marítimo no puede venir y que vamos a ayudar a los compañeros del GEAS... intentar darles protección, pero la única protección que había eran armas cortas, no pudimos ir con armas largas, y la finalidad era apoyar a los compañeros del GEAS ya que ellos se iban a meter sí o sí».
En cuanto a si considera que estaban o no preparados para un operativo de esas características, el miembro del GAR aseguró que «las dimensiones de la barca en la que íbamos no estaba preparada de ninguna de las maneras. Al final íbamos con unos compañeros que creo que su cometido tampoco es ese, que son los compañeros del GEAS, y nosotros tampoco estamos preparados en operaciones anfibias, pero por supuesto que esa embarcación tan pequeña y de esas características no era la correcta».
En este sentido también se pronunció otro de los agentes quien aseguró que aunque hubieran ido en «otra embarcación más grande el resultado hubiera sido el mismo porque la intención de pasarnos por encima hubiera sido con una de cinco metros, ocho metros, u otro tipo de embarcación. Esas embarcaciones -las narcolanchas- son enormes porque están hechas para eso, para cortar el agua y para ir con grandes olas. Si su intención era la de arrollarnos hubiera pasado con esa embarcación y con otra».
Más detalles ofreció otro de los supervivientes. En este caso un agente del GEAS -compañero del fallecido Miguel Ángel González-. Según relató acababan de finalizar otro servicio cuando se les contactó. En ese momento volvían todos juntos en el coche junto al sargento que fue quien recibió la llamada. Según explicó le dijeron «que había unas narcolanchas en el puerto de Barbate y que había que hacer algo con ellas. A ver si con la embarcación que teníamos, la podíamos echar al agua...».
Ante esta primera orden, y como recordó, la respuesta del sargento fue que con la embarcación tan pequeña que tenían «les podía pasar por encima».