El Puerto

La casa palacio de héroe español que ahora es un apartamento turístico

El Almirante Blas de Lezo vivió en una gran casa palacio portuense en la Calle Larga y ahora está destinada al alojamiento de visitantes

Fachada de los apartamentos de Calle Larga, 70 j.z

Juan Zaldívar

El Puerto

Muchas veces no sabemos por dónde pisamos, no conocemos la ciudad que está a nuestros pies y no nos fijamos en los detalles que componen la belleza del lugar donde vivimos. En esas nos encontramos con rincones con historia, bustos que nadie mira, placas colocadas para que algún curioso las ojee y poco más. Al final los pormenores componen el todo de un lugar, siendo en este caso El Puerto de Santa María.

En la Calle Virgen de los Milagros, 70, encontramos una placa que reza lo siguiente: «En 1736 vivió en este lugar junto a su familia, el teniente general de la armada D. Blas de Lezo y Olavarrieta. Insigne e invencible marino. Héroe de la Batalla de Cartagena de Indias en la que la flota inglesa sufrió una humillante derrota en el año 1741.»

Muchos viandantes se encuentran sorprendidos cuando se les señala, «qué curioso, nunca me fijé», exclama uno; «me fije que había una placa pero no me he parado nunca a leerla», comenta otro. Otros simplemente desconocen la figura de la que habla la inscripción.

Para los que le desconocen, Blas de Lezo y Olavarrieta (1686-1741) fue uno de los más importantes militares de la historia de España. Particularmente famoso por la singular imagen que daban sus heridas (un ojo tuerto, un brazo inmovilizado y una pierna arrancada) y por la defensa de Cartagena de Indias en el asedio británico. Tal fue la importancia de su figura que Carlos III otorgó a su descendencia el marquesado de Ovieco como homenaje póstumo al Almirante.

El almirante estuvo en varias etapas en El Puerto de Santa María. Blaz de Lezo estuvo por primera vez en 1719 y volvió brevemente en 1730 en Cádiz. Y por última vez volvió junto a su familia a mediados de los años 30 del S.XVIII para partir hacia Cartagena de Indias el 3 de febrero de 1737. Destino en el que acabaría falleciendo heroicamente defendiendo el asedio a la actual ciudad colombiana.

Tras las investigaciones realizadas en los padrones de la época de la Iglesia Mayor Prioral, se ha podido averiguar que Blas de Lezo vivió acompañado por su familia. Allí vivieron su mujer, Josefa Pacheco, que era una mujer criolla originaria de Perú; un criado afroamericano, bautizado como Antonio Lezo y sus hijos. El domicilio se encontraba donde se halla la inscripción anteriormente mencionada. Hoy día esa casa palacio ha sido reconvertida en apartamentos turísticos. En esa casa vivió su viuda y sus hijos hasta el fallecimiento de doña Josefa en 1743. Josefa Pacheco fue enterrada en el convento de Santo Domingo. A partir de esta fecha, los descendientes de Blas de Lezo desaparecen de los padrones portuenses.

Durante la residencia del almirante en la ciudad, el Cabildo Municipal, siendo admirador de la figura y del prestigio de Blas de Lezo, hizo a su familia diferentes concesiones, entre las que destacó una toma de agua para la casa. Su viuda fue muy conocida en la ciudad, tal fue así, que se le apodó 'La Gobernaora'. Nombre por el que también se conocería hasta hace poco años a la mansión.

En el siglo XVIII El Puerto de Santa María contaba con una población cercana a los 20.000 habitantes. El desarrollo urbano de la ciudad de los cien palacios estuvo marcado por sus relaciones comerciales con América y su importancia como enclave militar de primer orden para la Armada española. De ahí que fuera una ciudad que albergara los nombres de los comerciantes y militares más ilustres. Concretamente, en la Calle Larga (Virgen de los Milagros) fue en la que los altos cargos decidieron construir sus casas.

EL EDIFICIO

Esta casa palacio seguía la línea estilística de sus vecinas edificadas en el Siglo XVIII en El Puerto de Santa María, con marcadas líneas barrocas. Formada por tres plantas y jardín, las dos primeras con nueve habitaciones y la última con miradores hacia el río Guadalete; el jardín se encontraba al fondo de la casa en una galería abierta con una fuente y rodeada por columnas. La casa igualmente ha ido evolucionando con reformas durante años.

Según la actual propiedad, el origen del edificio se encuentra en el Siglo XVIII en la unión de tres unidades parcelarias que pertenecieron a Francisco Villabona (horno de pan), María Cordero (fabricante de calzado) y Domingo de la Barreda (almacenaje). Así resultó, que la casa de los Barreda, conocida como 'La casa grande', reunía las condiciones necesarias para su uso en el comercio con Indias, como era el disponer de unos buenos almacenes.

En el siglo siguiente, la casa pasó a manos de las familias Orlando y los Moreno de Mora. Moreno de Mora fue durante años un apellido ligado al mundo de los negocios y al apoyo a las obras de carácter social. José Moreno de Mora y Vitón, fue un ilustre vinatero, benefactor y político gaditano perteneciente a una de las castas más influyentes de la zona.

A día de hoy, como se menciona anteriormente, se dedica al alojamiento de turistas. Un claro signo del cambio de los tiempos y del cambio de una ciudad. En épocas pasadas, las Américas y la Armada eran el sustento de El Puerto, y como tal se veía en sus viviendas; ahora, el turismo copa gran parte de la actividad económica portuense. Ya no depende de comerciantes que exportan sino de foráneos que vienen a consumir, se han sustituido los grandes cargamentos por maletas de viaje y su característico ruido de las ruedas deslizándose por el pavimento. Antes los huéspedes se alojaban durante grandes temporadas, ahora son caras nuevas cada fin de semana. Cada cosa conlleva su bullicio, su jolgorio, sus molestias y pertenencia inherente a un tiempo. La casa de 'La Gobernaora' murió como tal para que pudiera vivir otra casa y otra era.

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