EL pUERTO

El Puerto, la ciudad de los cien palacios

Durante los siglos XVII-XVIII muchos aristócratas llegaron a la localidad influenciados por el comercio con América y edificaron este tipo de vivienda que representaba su estatus y clase social

Palacio de Valdivieso, El Puerto. L. V.

Javier Mejías

El Puerto

Desde hace muchos años a la localidad de El Puerto se la conoce como la ciudad de los cien palacios. Los niños, al oír esta expresión por parte de sus padres y madres se quedan incrédulos porque buscan por el callejero local algún tipo de palacio como los que ven en sus películas de animación favoritas y no entienden el nombre que recibe su pueblo. ¿Por qué es llamado así El Puerto?

La ciudad albergó en el pasado a multitud de mercaderes que llegaban a El Puerto atraídos por la gran actividad comercial que había en la región en los siglos XVII y XIII, sobre todo a partir del año 1717 cuando la Casa de la Contratación de Indias se traslada de Sevilla a Cádiz.

De esta forma, Cádiz y las poblaciones vecinas se convertirían en piezas importantes de cara al comercio con América, lo que se traducía en grandes riquezas y fortunas a la localidad portuense, un hecho que propició la llegada de burgueses y grandes comerciantes que llegaban de multitud de puntos de España, aunque la gran mayoría pertenecían a las aristocracia vasca-navarra, pero también muchos italianos o flamencos.

Estos comerciantes serían muy importantes en la vida económica de El Puerto, y con el paso de los años se irían asentando en la ciudad y eran conocidos como «Cargadores de Indias».

Los burgueses y adinerados comenzaron a desarrollar un nuevo tipo de construcción de inmueble, conocido como las casas-palacios, que tenía diversas finalidades, entre ellas reflejar al resto de la sociedad el alto poder adquisitivo, económico y social del que gozaban, por lo que en la época había cierta rivalidad por tener la mejor casa de la localidad.

El Puerto se convierte de manera definitiva en un destino económico y comercial para multitud de familias pudientes que buscaban nuevas maneras de hacer negocio, y veían en el comercio con el Nuevo Mundo, una forma de incrementar sus ganancias anuales. Se instalaron algunas familias como los Voss, Rivas, Araníbar, Vizarrón o Valdivieso entre otros muchos.

La ciudad, como ocurre en todas las poblaciones, con el paso de los años se ha ido extendiendo y creciendo y los grandes inmuebles suelen ubicarse en las afueras, en aquella época, a los burgueses adinerados les gustaba vivir en el centro de la ciudad, en el corazón de El Puerto, y es por ello que los comerciantes elegían el núcleo urbano de la ciudad para poder hacer cualquier tipo de negocios y disfrutar de los placer que la ciudad les pudiera dar.

La estructura de la casa-palacio

Las casas-palacios estaban adaptadas a todas las necesidades de sus dueños, pero sobre todo eran un símbolo de grandeza. Los inmuebles servían como vivienda, aunque también como oficinas y alemanes de los negocios.

Cabe destacar que no solo se pueden encontrar casas-palacios en El Puerto, también las hay en Sanlúcar de Barrameda y en la propia Cádiz capital.

Los «cargadores de Indias» edificaban las casas-palacios a su gusto, por lo que no había dos iguales, aunque sí tenían elementos comunes. En relación a los materiales usados usaban habitualmente piedra arenisca de la sierra de San Cristóbal, que era revestida varias veces de cal para darle un tono blanco.

Por otro lado, era habitual la utilización de azulejos en zócalos y cubiertas e incluso el empleo de ladrillo en balaustradas o vigas de las casas.

En relación a las estructuras, todas contaban con un gran patio en la planta baja que conectaba a la calle a través de un zaguán y un pórtico. Si las casas-palacios se situaban en el núcleo urbano de la ciudad, el patio representaba el corazón de las viviendas.

Las oficinas y almacenes solían estar en el entresuelo y en la primera planta se situaban las habitaciones de los señores de la casa. En la plaza más alta podían encontrarse las zonas de servicio y de acceso a la azotea.

Las casas-palacios en el Siglo XXI

Hoy en día, numerosas casas-palacios se encuentran en mal estado, el tiempo ha hecho mucha mella en ellas, mientras que otras se encuentran prácticamente intactas.

Muchas de ellas son privadas y no pueden visitarse, mientras que otras pertenecen a comunidades de vecinos.

Una de las famosas y que mejor se conserva es el Palacio de Araníbar, construido en el año 1660 y acoge en la actualidad una oficina de turismo. La casa-palacio de Los Leones es hoy unos apartamentos turísticos con la opción de alojarte, al igual que en el palacio Blas de Lezo.

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