Provincia

Los comerciantes gaditanos ven luces y sombras en las medidas de ahorro energético

Ahorro energético

Se muestran partidarios de contribuir en la causa pero esperan que esto no les implique inversiones extraordinarias

Los comerciantes esperan que las medidas no afecten al consumo. Antonio vázquez

Álvaro Mogollo

Cádiz

El Gobierno ha aprobado un plan de ahorro y gestión energética que, entre otras cosas, dispone que los escaparates de los comercios deben apagar sus luces a las 22.00 horas y la refrigeración de los locales no podrán bajar de los 27 grados.

Más adelante, además de estas dos medidas, se pretende impulsar la obligatoriedad de instalar puertas automáticas para que la climatización sea estable, aunque no se han concretado aún las fechas concretas para llevar a cabo esta iniciativa.

Desde la asociación Cádiz Centro Comercial Abierto, CCCA, creen que de momento la información no es suficiente para hacer una valoración global: «Los datos son escasos y es complicado valorar únicamente con las respuestas en una rueda de prensa», afirma su gerente Beatriz Gandullo.

Sí que creen que el mes de agosto no es el momento más idóneo para llevar a cabo estas medidas: «En plena temporada alta quizás no sea la mejor fecha y más si hay que hacer alguna inversión como la instalación de puertas automáticas».

«Si solo es apagar los escaparates, vale. Al final si es una cuestión de solidaridad y que ayuda a una bajada del consumo, no nos parece mal. Pero si suponen gastos extraordinarios después lo mal que lo ha pasado el comercio con la pandemia, ya es otra cosa. Estamos a la expectativa», exponen.

La imagen que pueda generar en el turismo ese «apagón» no se presupone determinante en el seno de la CCCA: «Si es una normativa europea, pasará en Cádiz y en cualquier otra ciudad y eso lo sabrá el que venga. No creo que ese sea el factor más importante».

Manuel Queiruga, comerciante gaditano, afirma que el ahorro es positivo y es necesario generar conciencia respecto a la problemática energética, pero sería deseable encontrar un punto de equilibrio para que, haciendo un esfuerzo, no sea perjudicado nadie.

«Es complicado y hay que medirlo bien. Porque apagar los escaparates tan pronto impacta en la imagen de la ciudad y por supuesto en el turismo», afirma a título personal el que fuera presidente de la asociación Cádiz Centro Comercial.

«No es lo mismo trabajar en Andalucía que en Cantabria»

La medida de la limitación en la refrigeración, con una temperatura mínima de 27 grados para el aire acondicionado y una máxima de 19 en la calefacción, genera más dudas porque puede afectar al desarrollo de las obligaciones laborales.

Beatriz Gandullo ahonda en la necesidad de conocer más a fondo los detalles de la normativa: «Depende de cómo queden las condiciones. Con las altas temperaturas que se han registrado últimamente no es agradable trabajar pasando calor».

«Además se habla de establecer una norma para todo el país. Cómo va a ser lo mismo trabajar en Cantabria que en Andalucía. Hasta que no sepamos con exactitud cuáles son los detalles de la normativa, será difícil evaluarlo todo», finaliza.

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