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Accidente en Cádiz: «El autobús se dirigía hacía nosotros, pasó a dos metros»
Juanmi Mateo relata como salvó su vida y la de tres compañeros más porque «estábamos con el coche arrancado y nos movimos. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue ayudar a la gente que estaba en el suelo»
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Tener el coche arrancado y desplazarlo unos metros. Todo ello fue fundamental para que cuatro gaditanos, integrantes de la Selección española de fútbol playa y que se dirigían a Huelva a jugar un partido, pudieran salvar la vida en el terrible accidente de autobús que ha conmocionado a la ciudad de Cádiz.
«Lo vimos a unos metros, un par no más», relata aún estremecido Juanmi Mateo, que en el momento en el que el autobús perdía el control se encontraba en el coche de sus compañeros, en la parada de taxis de El Corte Ingles, justo unos metros delante del lugar en el que el autocar arrasó con todo lo que vio por delante, incluidos los cuerpos de las tres personas que han perdido la vida.
«Nunca piensas que te va a tocar vivir esto», explica Mateo que trata de llevar de la mejor manera posible lo que vivió en torno a las tres y media de la tarde de este lunes. «Llegaba a la Avenida de las Cortes con un compañero en el coche a recoger a otros dos. En ese momento uno de ellos se metió en el coche con nosotros y el otro se quedó fuera porque tenía que darme una pastilla. Sabíamos que era una parada de taxi donde paramos por eso retrocedimos unos metros para no estorbar».
Fue entonces cuando se desencadenó todo el accidente. «Uno de los compañeros empieza a gritar ¡quillo, quillo!, miramos hacía delante y vemos como el autobús se dirigía hacía nosotros. En ese momento Fran (Mejías) mueve el coche unos metros porque a la velocidad que venía ese autobús tan grande no sabes si se va a desviar dos metros o no. Nosotros estábamos pegados a la acera y el autocar se metió dentro. Lo primero que pensamos cuando lo veíamos venir es quitarnos de enmedio. En ese momento sentimos un golpe tremendo, saltaron cristales y cosas que incluso golpearon el coche por detrás«.
Juanmi Mateo se quedó impactado por la velocidad que llevaba el autobús. «No lo puedo decir a ciencia exacta pero estoy seguro que de cien no bajaba. La gente no se puede imaginar como iba el autobús, era imposible que pudiera enderezar«. Y tras el accidente, cada uno reaccionó como pudo. »Todos salimos corriendo del coche, alguno se fue a la otra acera y yo me fui a las dos personas que estaban en el suelo. Sé como actuar en esas circunstancias pero en esos momentos piensas diez cosas y al final haces uno. Me encontró una mujer y luego un hombre que vi que tenía pulso. Las ambulancias tardaron menos de cinco minutos en llegar pero sabía que la primera persona que vi en el suelo estaba fallecida«.
Mateo reconoce que «al final actuas por impulso. Pienas en hacer una cosa u otra, pero yo en el tiempo que tardaron las ambulancias y un médico que llegó lo que me pedía el cuerpo era ayudar a la gente que estaba en el suelo tras el impacto».
Ahora queda un proceso en el que testigos y algunos de los heridos tienen que superar lo sucedido. «Sé que me va llevar un tiempo para superar esto. Lo que hice unos minutos después del accidente y cuando llegaron las ambulancias fue llamar a mi familia porque se me pasó por la cabeza que no los iba a volver a ver nunca más», concluye.
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