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Año 2024, la lucha contra el narco en Cádiz: cuando en Barbate se reventó todo

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La muerte de dos agentes arrollados por una narcolancha en febrero marcó la batalla contra el narcotráfico que ha continuado con decenas de operaciones, cientos de detenidos, toneladas de droga incautada y una labor incesante contra la logística de estas redes

La pérdida de los agentes y otras agresiones sufridas no han hecho más que acentuar un problema ya existente de falta de medios y proyección, tanto policiales como judiciales y sociales

La desembocadura del Guadalquivir ha vuelto a ser punto negro de este tráfico que se ha visto incrementado en violencia, sumado también al descaro de las lanchas del 'petaqueo' en el litoral gaditano

La sorprendente entrega y la confesión de Karim Baqqali a la Guardia Civil: ¿qué hay realmente detrás

Narcolanchas S.A., el negocio del delito

Funeral por el agente isleño fallecido en Barbate. francis jiménez
María Almagro

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Acaba un año lleno de luces y sombras en la lucha contra el narcotráfico en la provincia de Cádiz. 2024 ha sido de nuevo un ejemplo de batalla constante, donde la voluntad ha estado muchas veces por encima de la posibilidad, y el empeño ha persistido a pesar de que el viento viniera de contra. Pero también, han sido muchas semanas y días que han estado cubiertos por una sombra que pronto, el 9 de febrero sobre las nueve de la noche, lo fundió todo a negro. El trágico fallecimiento de dos agentes de la Guardia Civil arrollados por una narcolancha en el puerto de Barbate dejó la peor marca que puede sellar esta lacra: la muerte de quienes se enfrentan a ella por el bien común. Y en acto de servicio. Miguel Ángel González y David Pérez perdían la vida de una manera terrible, en unas circunstancias que venían en buena parte avisadas, y ante una crueldad que no quiso frenar. Hasta que pasó y esa dolorosa imagen del impacto, el hecho, las causas, las consecuencias, lo ocurrido... lo reventaron todo. O al menos lo expuso.

Este terrible episodio copó la atención de todos. Su aciaga magnitud acaparó cientos de titulares e informaciones y el foco comenzó a alumbrar a todas las direcciones. También las preguntas y algunas, pocas, respuestas. Y eso que en la provincia gaditana ya habían pasado muchos sucesos similares pero en la mayoría de ellos esta completa fatalidad se había podido esquivar. Pero en esta ocasión la pérdida ya fue irreparable.

Los hechos ya se conocen de sobra. Una semirrígida en la que viajaban cuatro tripulantes que, según su versión, se había refugiado junto a otras 'gomas' en el puerto barbateño del temporal, colisionaba contra la lancha del GEAS con la que agentes de la Guardia Civil intentaban echarlos. Una pequeña zódiac frente a catorce metros y cuatro motores de potencia. El golpe fue brutal y dos de estos efectivos -uno del GEAS y otro del GAR- morían por las graves lesiones que les causó el atropello. Otros agentes, que intentaron desesperados poder ayudar a sus compañeros, resultaban heridos.

El piloto y los tripulantes se daban a la fuga. De inmediato se puso en marcha un operativo para dar con ellos y apresarlos. A las horas se detenía a seis tripulantes. Gente de la zona. De La Línea y alrededores. El que supuestamente iba a los mandos, Kiko el Cabra, un hombre con antecedentes pero no tan graves. La investigación y las muestras recogidas parecían indicar que la lancha que este pilotaba era la que había arrollado a la patrullera. Se les detuvo y envío a prisión. Sin embargo, a principios de mayo un giro en las pesquisas de la Comandancia de Cádiz y la UCO determinaron que no habían sido ellos.

La presión sobre esta causa fue absoluta. Los presuntos culpables seguían libres y en paradero desconocido. Hasta que en septiembre, los seguimientos realizados, las confidencias recogidas, y el trabajo de 'campo' daban resultados: el principal implicado y piloto 'confeso' se entregaba. Karim El Baqqali, de 32 años y conocido por su relación con este submundo, era detenido. En noviembre se arrestaba a otros dos tripulantes de la misma forma. Todos ellos habían permanecido ocultos en Marruecos. La investigación continúa y se está pendiente del arresto de un cuarto ocupante, también magrebí.

Atropellos y violencia

Pero el año 2024 no sólo ha tenido esta causa. Ha habido muchas más que también dejaron marca. De hecho 2024 no comenzó bien. Tras lo ocurrido en Barbate, al mes, en marzo, otros dos guardias civiles del GAR morían tras ser atropellados. Eneko Lira y Juan Jesús López fallecían al ser arrollados por un camión mientras realizaban en la autopista a Sevilla, a la altura de Los Palacios, un control de tráfico de drogas. Precisamente.

Estos dos sucesos sumados a la incesante violencia demostrada por los narcos en persecuciones, los avistamientos de lanchas de manera continua en todo el litoral andaluz y las denuncias de falta de medios por parte de los agentes, volvieron a llevar a la palestra este problema. Se cuestionaba de nuevo pero con mayor fuerza si el Gobierno o el Ministerio del Interior se toman realmente en serio este asunto, si se le planta cara al descontrol en la otra frontera, si los medios que se disponen en los repetidos planes especiales son suficientes o están realmente adaptados, o si las acciones que se realizan son del todo responsables o asumibles de acuerdo al riesgo que se corre en ellas.

Pero además esta vez tomaba más vuelo el déficit de esta batalla en el terreno judicial, una insuficiencia advertida desde la Fiscalía Antidroga de Cádiz en numerosísimas ocasiones. Alzaban también su voz-debido quizá al grave impacto- responsables de otras instituciones como el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía o el Consejo General del Poder Judicial que desarrollaba incluso un informe, bautizado como 'Barbate', y en el que se ponía por escrito lo evidente: el colapso de los juzgados jandeños pero también los de La Línea o Sanlúcar, entre otros... todos ellos órganos donde se acumulan procedimientos con decenas de detenidos e instrucciones que se retrasan durante años y tienen como consecuencia, penalmente ineludible, la reducción de las penas y, por tanto, el sentimiento de impunidad del delincuente.

Por otro lado, y al margen de cuestiones cuantitativas o de estructuras, continuaba la batalla. Diaria. A todas horas. Como por ejemplo contra las redes que han seguido 'trabajando' el litoral gaditano para transportar hachís. Clanes que antes se movían por el Estrecho y ahora han encontrado en la desembocadura del Guadalquivir y sus recovecos un 'hueco' más fiable para alijar.

En este 2024 y a raíz de todas estas intervenciones se han podido sacar algunas conclusiones. Una de ellas es que estas organizaciones se han llegado a aliar entre ellas para lograr sus fines. Bandas del Estrecho que ahora pueden 'mezclarse' con narcos de otras zonas para meter la droga, incluso con marroquíes -algo impensable antes-. O todo lo contrario, redes rivales entre sí que ha provocado, entre otras cosas, el recrudecimiento de sus modos y el uso ya habitual de las armas. Muestra de esto último fue el episodio sucedido a finales de mayo cuando unos narcos tirotearon a ráfagas a los agentes que iban a interceptarlos.

Y es que el uso de armamento por parte de estos grupos criminales ha ido también en aumento este año. Unos medios que, según se ha demostrado en las diferentes incautaciones, llegan en gran parte de Europa del Este. Un mercado negro que tampoco cesa y que desembarca en España también a través de la frontera marroquí. Fusiles de asalto tipo kaláshnikov, entre otros. Pero también pistolas, escopetas, subfusiles...

Y he aquí otro de los asuntos también que trascienden de este último año. Porque este incremento en las armas también va en paralelo a la 'multifuncionalidad' que han tomado estas redes de narcos. Ya no solo llevan hachís en las 'gomas', ahora también transportan cocaína por esta vía. Así por ejemplo, este año se ha producido una de las mayores aprehensiones, casi una tonelada en fardos en 'goma'. La superproducción de esta droga en Sudamérica con la forma de cultivo copiado en varios países, además del dinero que evidentemente deja a quien lo toca, ha provocado que el 'polvo' viaje también en estas semirrígidas por la ruta del Estrecho. De nuevo así lo reflejaba otra importante operación policial en la que se desarticulada una red que tenía como centro de operaciones Portugal pero que se dedicaba a introducir 'coca' por la costa gaditana con lanchas.

El mayor alijo de 'coca' de la historia

Con respecto a esta sustancia, este 2024 también se volvía dar un récord de incautación en el puerto de Algeciras donde los agentes decomisaban a principios de noviembre trece toneladas de cocaína que viajaban ocultas en un contenedor procedente de Ecuador. Este alijo ha sido el mayor realizado en España hasta el momento. La investigación que ha desarticulado la red que estaba tras estos 'pases' ha sido de una gran envergadura y entre los detenidos, que formaban una trama con empresas hortofrutícolas como pantalla, había una quincena de implicados. Uno de ellos, un jefe de policía presuntamente corrupto ya que era el responsable de la unidad de lucha contra el blanqueo del narco en la central de Madrid.

Pero han sido muchísimas las investigaciones desarrolladas, y también las intervenciones realizadas por las unidades de patrullas y seguridad ciudadana de la Policía Nacional y la Guardia Civil en su día a día. Como el trabajo desempeñado por los agentes del Servicio Marítimo por todo el litoral de la provincia con interceptaciones continuas, o los operativos puestos en marcha por las unidades antidroga de ambos cuerpos y la Agencia Tributaria. No solo por hachís o cocaína en grandes cantidades, sino también por marihuana -donde los cultivos 'indoor' o camuflados en viveros continúa- o el siempre persistente 'menudeo'. 

En este último plano ha llamado la atención el nuevo aumento en las dosis de heroína que se están introduciendo (mezclado o no con cocaína). O el MDMA. Así se han desarrollado importantes operaciones contra clanes dedicados a estas ventas desde narcopisos como en Cádiz capital, El Puerto, Sanlúcar, Villamartín, Barbate, Chiclana, o Jerez.

En definitiva, una lucha absolutamente continua y que parece no tener tregua debido a la persistencia del otro lado. Y que, como siguen insistiendo desde todos los sindicatos y asociaciones policiales, operadores jurídicos, colectivos antidroga, «se necesita de más y mejores medios para poder seguir».

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