Restaurantes
Angelita, una feliz reaparición
Tradición y producto son las claves de este local a espaldas de la Gran Vía. Agua del grifo en jarra y buenos panes artesanos son ya detalles interesantes
Durante años El Padre fue referencia en Madrid . En los bajos comerciales de Serrano 41 comenzó a hacerse popular con un menú del día casi imbatible no sólo por precio, también por su cocina casera. Pero sus propietarios, los hermanos Villalón , no se quedaron ahí. Poco a poco fueron proponiendo una carta de elaboraciones sencillas basadas en la calidad del producto. Añadieron además una completísima bodega, con más de quinientas referencias, y un apabullante surtido de destilados, difícilmente equiparable en Madrid. Era por tanto un muy buen restaurante. Sin embargo, hace unos meses cerró sus puertas, desconcertando a su numerosa clientela. Por suerte no era más que un traslado. De la calle Serrano a la de la Reina, a espaldas de la Gran Vía . Y allí han reaparecido los hermanos Villalón, con la misma filosofía de El Padre y un nombre nuevo: Angelita .
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Cambio a mejor. Un local amplio y con muchas posibilidades. En la luminosa planta superior, una taberna moderna, con barra de vinos donde también se puede comer, y mesas bajas que conforman el restaurante. En el sótano, un bar americano, abierto desde primera hora de la tarde, a cargo de Mario Villalón , que es un gran coctelero. Ambiente relajado para disfrutar de una buena copa. Arriba, el otro hermano, David, refuerza su apuesta por la bodega, con una inigualable oferta de vinos por copas y otra amplísima de botellas, incluida una buena selección de generosos. Para comer, una carta breve, sin complicaciones. En Angelita se cuida de manera especial la materia prima. Buena parte de esta procede de Zamora, tierra de origen de los propietarios, donde tienen su propia huerta. De allí llegan también unos huevos de corral como los de antes; los quesos con los que se compone una atractiva tabla, o la vaca vieja, cuyo lomo a la parrilla es otro punto fuerte de la carta.
Panes artesanos
Tradición y producto son por tanto las claves de Angelita. Agua del grifo en jarra y buenos panes artesanos son ya detalles interesantes. Correcta la ensaladilla rusa de gambas (12 €), con mayonesa de sus cabezas y piparras, algo falta de intensidad, y muy buena la ensalada de espinacas tiernas de su huerto (13). Imprescindible el pisto con huevos (14). En El Padre eran fritos. Aquí, escalfados. Huevos y verduras de lujo que conforman un gran plato. Aún así, preferimos la versión clásica con los fritos. Fuera de carta siempre hay algún guiso. Probamos el de garbanzos de La Bañeza con gamba roja de Palamós (8). Con un toque de alioli, espinacas y chicharrón de bacalao. Estupendo. Otra sugerencia del día fue el steak tartar «marcado a la plancha» (10,50). Buena carne de ternera de Aliste, con yema de huevo y especias chinas. Muy rico, pero confuso el concepto. Si está marcado en la plancha ya no es un steak tartar.
Un par de postres : yogur con manzana y hojaldre (6) y fresas con mascarpone y espuma de chocolate (6). Mejor un surtido de quesos (7) de su pequeña tabla, bien seleccionada. Unan a todo esto la amabilidad a raudales del equipo de sala, encabezado por el propio David Villalón, y esa bodega que les permitirá beber muy bien. Vayan reservando, porque dentro de poco no será nada fácil hacerlo.
Lo mejor: La materia prima y los vinos por copas.
Calificación: 7,5.
DERECHO DE RECTIFICACIÓN:
«Asesores de Mercados Alimentarios S.L., se ha dirigido a este medio en ejercicio del derecho de rectificación regulado en la L.O. 2/1984, de 26 de marzo, con relación a este artículo solicitando que se publique que adquirió el restaurante El Padre, mediante traspaso de sus anteriores titulares, los hermanos Villalón, en las condiciones económicas en su momento pactadas. Obviamente el restaurante no ha cerrado en ningún momento, ni ha cesado en modo alguno en su actividad, permaneciendo abierto al público y atendiendo normalmente a su clientela habitual y tampoco se ha trasladado a sitio alguno.»