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A por el pasaporte para octavos

España se propone repetir esta noche el gran fútbol que brindó ante Ucrania y cumplir todos los pronósticos que le dan como favorita ante Túnez

JON AGIRIANO/
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España se enfrenta hoy (21 horas, La Cuatro y La Sexta) a Túnez con dos objetivos que le obligan a la victoria. El primero, básico, es lograr el pase a los octavos de final y, el segundo, confirmar un nivel de juego que despertó la admiración general el pasado miércoles ante Ucrania. Se quiera o no, ese partido ha marcado al equipo de Luis Aragonés, al que de ahora en adelante se le va a exigir en consonancia con el fútbol que realizó en el Zeltrastadion de Leipzig. El listón ha quedado muy alto y hay muchos ojos puestos en España, que junto a la Argentina de Pekerman ha sido la selección más convincente y sugestiva del Mundial.

En este sentido, el partido de esta noche en el Gottliebstadium de Sttutgart, la cuna de Mercedes y de dos mitos del fútbol alemán como Gerd Müller y el actual seleccionador, Jurgen Klismann, se presenta como una reválida para los jugadores españoles; especialmente, no hace falta decirlo, para los once que ha elegido Luis Aragonés como titulares. Tras la goleada a Ucrania se especuló con la posibilidad de que el entrenador de Hortaleza realizara algún que otro cambio de cara al segundo encuentro. Se habló de que Raúl podría entrar por Luis García y de que David Albelda saliera desde el principio, en lugar de alguno de los centrocampistas, para poner el filo más cortante en la línea de medios, la más peligrosa de los tunecinos. Sin embargo, esas cábalas apenas duraron hasta el siguiente entrenamiento. Poco más de 24 horas. Concluida la jornada de descanso, Luis Aragonés repartió los petos y demostró que no quiere tocar ni una coma de un once que, salvo un par de despistes, funcionó ante Ucrania como un reloj.

La decisión del seleccionador no puede ser más lógica, por mucho que a Raúl González no le convenza en absoluto y esté de morros con su nueva condición de suplente. Y es que, entre otras cosas, no conviene olvidar que el equipo que goleó a Ucrania era inédito. Esos once futbolistas nunca habían jugado juntos. De ahí que se le suponga un amplio margen de mejora. Es evidente que existen defectos que pulir y automatismos y complicidades en el juego que sólo se consiguen activar con el paso de los partidos.

Superar contratiempos

Y no sólo eso. A este equipo hay que darle carrete porque necesita ser examinado en unas circunstancias que, quizás, no sean tan favorables como lo fueron ante la selección de Blokhin. No siempre uno se pone ganando 2-0 recién pasado el cuarto de hora, ni tiene al rival fundido por el bochorno, ni recibe un capotazo del árbitro al inicio del segundo tiempo que le acaba de despejar el camino. A veces, hay que superar contratiempos, sobreponerse a muy diversos tipos de adversidades y jugar cuesta arriba con prestancia y entereza. Y España tiene que demostrar que sabe hacerlo.

Por lo demás, la propuesta de la selección española será la ya conocida. No hay otra: tocar bien y llegar arriba con fluidez y verticalidad. Luis Aragonés no pudo ser más claro en la rueda de prensa que ofreció ayer al mediodía en Sttutgart: «El dueño del balón es el dueño del juego», sentenció, en lo que fue toda una declaración de principios. Efectivamente, así es. Hay que garantizar la posesión, una tarea en la que volverán a ser decisivos Xabi Alonso, Senna y Xavi Hernández, al que no sería de extrañar que Rogerre Lemerre le tenga preparada una celada en forma de marcaje individual. El ex seleccionador francés es perfectamente consciente de la importancia del jugador del Barcelona, un pelotero excepcional que representa mejor que ningún otro la esencia futbolística de esta selección española. Tapando bien las bandas y ahogando a Xavi u obligándole a recibir muy retrasado, piensa Lemerre, España sufrirá para conectar con sus delanteros.

El centro del campo

El gran duelo, pues, se librará en el centro del campo. «Conozco a Lemerre y sé que nos lo va a poner difícil», aseguró Luis Aragonés. De ahí precisamente que haya insistido tanto en los entrenamientos de los últimos días en mejorar tres aspectos del juego: las salidas de los laterales, el achique de espacios para trazar bien el fuera de juego y los movimientos de los tres hombres de ataque, es decir, de Torres y Villa tirándose a las bandas y de Luis García bajando a recibir como enganche. El objetivo es claro: que el jugador que tenga la pelota nunca se sienta abrumado y tenga siempre una solución a mano.

Por calidad y recursos, España es clara favorita. Todo lo que no sea esta noche una victoria de 'la roja', con pasaporte para octavos de final incluido, no sólo sería una sorpresa sino una gran decepción para un equipo joven y dinámico que, tras su magnífico debut, ha tenido que resguardarse del ambiente de euforia que se ha generado a su alrededor. Según su entrenador, ese problema no existe. La selección, vino a decir el sabio de Hortaleza, está vacunada contra los excesos de confianza.

Disciplina y táctica rival

Falta le hará ante un rival que no estuvo a su altura ante Arabia Saudí, pero que tiene disciplina táctica, ilusión a raudales y algunos buenos futbolistas. Lo que no tiene son nombres. Destacan Hatem Trabelsi, el lateral del Ajax; el central Jaidi, que juega en el Bolton; los centrocampistas Namouchi y Nafti; y el delantero Jaziri. Quien no estará en el once y lo tiene difícil para debutar en el Mundial es Francileudo Dos Santos. El delantero de origen brasileño sufre una lesión muscular que se produjo en la fase de preparación que tuvo su selección en Neuchatel (Suiza) y es una baja muy sensible para la selección norteafricana.