CALOR. Un hombre se refresca bebiendo agua para soportar las altas temperaturas. / LA VOZ
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Casi 700 enfermeras vigilarán a los pacientes de riesgo para prevenir los efectos del calor

La exposición prolongada al sol puede provocar insolación, calambres, daños cerebrales e incluso la muerte si no se adoptan precauciones Los mayores y los enfermos crónicos son los colectivos más sensibles

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Exponerse al sol de forma prolongada durante las horas de calor más intenso en los meses de verano puede tener graves repercusiones para el organismo. Insolación, calambres, agotamiento, son sólo algunas de estas manifestaciones. Aunque la más severa es el golpe de calor, que produce náuseas, convulsiones y pérdida de la conciencia, y obliga a la hospitalización urgente del paciente. Para evitar estos episodios y hacer más llevadero el verano, los médicos insisten en la importancia de adoptar medidas preventivas y resaltan la necesidad de extremar los cuidados con los niños, los enfermos crónicos y las personas mayores, que son especialmente sensibles a las altas temperaturas.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) se ha propuesto atender a los colectivos más vulnerables para evitar que sufran los efectos adversos de la exposición al sol, mediante el Plan de Prevención contra los Efectos de las Altas Temperaturas, que se activó ayer y permanecerá activo hasta el 30 de septiembre. La Consejería trabajará en coordinación con el Ministerio de Sanidad, y activará los niveles de alerta naranja y rojo cuando exista mayor riesgo para la salud.

Cuidados especiales

Unas 700 enfermeras en toda la provincia (622 de familia y 46 de enlace) recogerán los datos clínicos y sociológicos de los pacientes más frágiles (627, aunque la población mayor de 65 años y con una patología crónica asciende a 7.000) con el objetivo de detectar precozmente posibles problemas de salud ocasionados por las altas temperaturas. La edad media de este colectivo es de 80 años. el 69% son mujeres, el 53% viven solos y en el 66% de los casos son personas que no tienen a nadie que pueda hacerse cargo de atenderlas.

La falta de movilidad, el déficit de líquidos y el aislamiento social son algunos factores que caracterizan a este colectivo. El 66% de los pacientes que forman parte de él sufre hipertensión, el 36% diabetes y el 32% insuficiencia cardiaca. Las enfermeras llevarán a cabo un seguimiento periódico de su estado de salud y realizarán visitas a domicilio. Sólo durante 2005 se llevaron a cabo 77.265 visitas en Cádiz.

Según explicó el doctor Juan Gavilán, especialista en Medicina de Familia del centro de salud de Loreto-Puntales, en Cádiz, el ser humano tiene una especie de termostato en el hipotálamo que sirve para regular la temperatura corporal y mantenerla a 37ºC. Cuando es necesario que el cuerpo pierda calor se activa la sudoración y la vasodilatación.

Insolación

Sin embargo, ante una exposición prolongada a temperaturas muy elevadas, esta reacción natural del organismo puede resultar insuficiente, lo que hace que la persona comience a sentirse mal. La consecuencia más frecuente es quizá la insolación, que conlleva dolor de cabeza, náuseas y en ocasiones quemaduras solares. Cuando se produce una sudoración excesiva la persona pierde líquido y electrolitos y lo habitual es que sufra fuertes calambres. Es necesario que el afectado se traslade a un lugar fresco y beba agua abundante. Y lo habitual es que se recupere a las pocas horas.

En los casos en que la exposición al sol es muy prolongada y la deshidratación es importante el paciente sufre un agotamiento que conlleva debilidad, desvanecimiento, cansancio e incluso insomnio. La importancia de estas manifestaciones aumenta cuando se presentan en personas mayores o afectadas por enfermedades cardiacas y respiratorias, cuyo estado puede agravarse en pocas horas.

Sin embargo, la consecuencia más severa de la exposición al sol es el golpe de calor, que puede ocasionar daños irreversibles en el cerebro e incluso la muerte si no llega a tratarse a tiempo. El síntoma principal es la piel seca, enrojecida y muy caliente, aunque se producen también convulsiones, agresividad y pérdida de la conciencia. En estos casos se recomienda trasladar al afectado a la sombra, quitarle la ropa y echarle agua en las extremidades. Aunque es necesaria la hospitalización urgente para prevenir complicaciones, según apunta el doctor Gavilán. Normalmente estos pacientes necesitan varios días para recuperarse.

Si se quiere prevenir este tipo de situaciones es importante beber abundante agua y mantenerse a la sombra en lugares frescos o climatizados durante las horas de calor más fuerte. Una alimentación sana, a base de fruta y verdura, ayuda a que el cuerpo recupere los líquidos que se eliminan con la sudoración.

El cáncer de piel, cuya prevalencia ha ido en aumento en la provincia a lo largo de los últimos años, es otra de las consecuencias negativas de la exposición directa a los rayos solares sobre las que hace especial hincapié el plan trazado por el Ministerio de Sanidad. Los especialistas recomiendan no ir a la playa entre las doce y las cinco de la tarde y usar filtros protectores adecuados a cada tipo de piel.