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El cine bélico golpea a los franceses en Cannes
'Indígenas' es una valiente producción gala que reivindica el papel de los soldados magrebíes en la II Guerra Mundial
Actualizado: GuardarEn la recta final del Festival de Cannes ha irrumpido el cine bélico, un género habitualmente alejado de cualquier certamen. Indígenas, un fuerte puñetazo en el estomago de los franceses, reivindica la acción de los soldados magrebíes en la liberación de Francia de las tropas nazis.
Para los propios franceses ha sido una sorpresa comprobar como la región de la Alsacia fue liberada de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial por un grupo de soldados magrebíes (argelinos, marroquíes y tunecinos) que dieron su vida por Francia pese a sufrir racismo y discriminación dentro del propio ejercito. La obra, una coproducción entre Francia y Argelia dirigida por Rachid Bouchareb, es una película bélica en toda regla, pero a la vez la denuncia de algo que nunca debió ocurrir.
El filme se inicia cuando un grupo de jóvenes de diferentes lugares del norte de África se alistan para luchar por Francia en el ejército del general De Gaulle. Entran en combate con rapidez y pronto notaran como, aunque luchan como los que más y siempre en primera línea, sufren humillaciones: se les censura el correo, se les niegan los permisos que sí obtienen sus compañeros franceses, y son discriminados. Cuando avanzan en un pelotón para liberar los diferentes pueblos de Alsacia, serán diezmados y de estos soldados magrebies sólo quedaran cuatro hombres para tomar un pueblo y defenderlo después de un avance alemán. Pero la gloria se la llevaran los soldados franceses, que llegaron cuando la situación estaba dominada.
Discriminación
El filme recuerda que, aún hoy, a estos combatientes se les niega una pensión de guerra. La película ha tenido una excelente acogida y, aunque no sea un género proclive a los premios, seria justo que estuviese incluida en el palmarés final. «Entre junio de 1940 y mayo de 1945, más de 55.000 tunecinos, argelinos, marroquíes murieron en el Ejercito de África», aseguraba el director.
«La película surge tras una reflexión de mas de diez años, yo conozco muy bien la historia de la emigración porque es la de mi familia: mi padre llegó a Francia en 1947 para participar en unas maniobras, mi abuelo fue combatiente en Indochina, y para la película realicé una investigación con muchos de aquellos supervivientes que participaron en la batalla de Italia, liberaron Córcega, después la Provenza e incluso llegaron a Berlín», aclaró Bouchareb.
La segunda película en competición, la italiana El amigo de la familia, de Paolo Sorrentino, es una extraña historia que cabalga entre el humor absurdo y el drama en torno a un solitario usurero de 70 años, deforme, feo y descuidado, pero en secreto, extraordinariamente rico. Su obsesión es casarse con alguna jovencita, pero lo tiene difícil. Protagonizada por Giacomo Rizzo, Fabrizio Bentivoglio y Laura Chiatti, es ante todo una película de difícil clasificación.
Cuando los filmes de la principal sección del festival defraudan una tras otra, el buen cine hay que buscarlo en los clásicos. Así, el certamen ha presentado una versión restaurada del clásico de John Ford Centauros del desierto, precedido de un documental de Sam Pollard John Ford/John Wayne, el rodaje y la leyenda, en torno al trabajo de Ford con el que fue su actor favorito.