Los Servicios Sociales de Chiclana detectan a una vecina que acumulaba basuras en su casa
El Ayuntamiento, que fue alertado por un residente del Pinar de los Franceses, ha enviado un amplio informe al juzgado para que éste determine qué hacer El Seprona y los asistentes observaron que padece el síndrome de Diógenes
Actualizado:Una llamada anónima fue providencial para descubrir en qué situación vive una vecina de Chiclana, que aparentemente sufre el síndrome de Diógenes. Esta enfermedad, que muestra su cara más visible con la acumulación de basuras y desechos en la vivienda o el entorno del paciente, ha llevado a un importante deterioro de las condiciones de vida de la mujer, de unos 58 años, sobre la que se ha abierto un expediente en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Chiclana, que recomiendan la urgente intervención sobre su caso.
El pasado 27 de abril, dos trabajadoras sociales, una veterinaria y varios agentes del Seprona se personaron en la vivienda de esta mujer, que está ubicada en una parcela del Pinar de los Franceses. La edil responsable de esta materia en el Ayuntamiento chiclanero, Juana Capurro, describía con el adjetivo de «dantesco» lo que pudieron ver los empleados municipales y los guardias civiles cuando la propietaria de la casa abrió las puertas que daban acceso a su jardín. «Había esqueletos de animales, basuras por todos lados y un fuerte olor» que hacía difícil respirar con comodidad. Este periódico ha tenido acceso a algunas fotos del interior de la parcela y se puede ver, entre otros detalles, como el césped y el suelo del jardín está cubierto por completo de una alfombra de desechos. Llama la atención que en uno de los rincones hay numerosas botellas verdes, que se asemejan a las que guardan productos químicos, y que la propietaria del inmueble tenía acumuladas en una especie de pequeña pila.
Abandono
Al parecer y según los primeros informes que recabaron las trabajadoras sociales, esta vecina de Chiclana vive sola. Tenía un hermano sacerdote que falleció hace unos años, y en apariencia no sufre ningún tipo de trastorno mental y físico, pero su casa poco a poco se ha ido convirtiendo en un basurero. Además, el impacto visual que recibieron las personas que acudieron en auxilio de esta mujer fue mayor del esperado, porque no se toparon con una vivienda pobre y carente de recursos básicos, «sino todo lo contrario. La casa hace unos años debió ser una maravilla. Tiene un extenso jardín y una piscina. Pero ahora está lleno de bolsas con desperdicios, recipientes vacíos y restos orgánicos». Entre la basura, además, merodean muchos animales, como perros y gatos, sin ningún tipo de control y que empeoran aún más condiciones higiénicas de la vivienda.
Ella lo niega
La mujer se negó a recibir ayuda y no dejó ni a los agentes ni a las asistentas entrar en su vivienda. Pese a todo, el Seprona y el Ayuntamiento realizaron un extenso reportaje gráfico y acumularon información que ha ido a parar a un informe que ha sido tramitado a un juzgado, que deberá decidir qué tipo de ayuda se le debe dar a esta vecina. La delegada de Asuntos Sociales en Chiclana considera vital, «que se le preste algún tipo de auxilio». El Ayuntamiento ha iniciado un seguimiento del caso para controlar si se produce alguna novedad en el entorno de esta mujer y si evoluciona favorablemente después de que fuera visitada. «La colaboración ciudadana ha sido fundamental porque la vivienda está situada a una zona apartada del núcleo urbano y era más difícil detectar que existe un problema de estas características».
Hasta un coche
Hubo un detalle que a los trabajadores sociales llamó la atención cuando vieron en qué condiciones vive esta mujer; entre tantas basuras y suciedad había un coche aparcado, nuevo, limpio, «que probablemente había comprado y que tenía muy bien cuidado».
También en las afueras de Chiclana, en la zona del Pago del Humo, los Servicios Sociales tuvieron que intervenir por las lamentables condiciones de vida de una familia, con tres niños pequeños, cuya custodia pasó a la Junta. Los niños, de escasa edad (el mayor sólo tiene tres años), vivían rodeados de basuras y ratas, estaban mal nutridos y no habían recibido la correcta asistencia sanitaria. Es más, uno de ellos presentaba graves defectos en su desarrollo natural madurativo porque estaba atado a un carrito día y noche, lo que le impidió aprender correctamente los movimientos previos para comenzar andar.