Energía concentrada
Unos cientos de privilegiados comprobaron en Bilbao el desbordante directo de Red Hot Chili Peppers en un concierto pionero en Europa La banda avanza su nuevo disco, 'Stadium Arcadium', en el Guggenheim
Actualizado: GuardarRed Hot Chili Peppers triunfó ayer por todo lo alto en el estreno de su esperado nuevo álbum junto al Museo Guggenheim de Bilbao. El concierto tenía un cierto carácter de exclusiva.. Era el primero de los actos de celebración del 40º aniversario de los 40 Principales, que durante el resto de año seguirán programando recitales de artistas y grupos de primera fila en escenarios emblemáticos de distintas ciudades. Y estaba limitado a algo más de 500 fans (y los inevitables vips, entre los que figuraba el propio hijo del bajista, Michael Flea Balzary) que terminaron siendo muchos más, gracias a la aceptable visibilidad y las buenas condiciones de acústica, numerosas personas se agolpaban en los alrededores del museo. No en vano el propio Keidis había animado por la mañana al personal a incorporarse al show: «No será difícil verlo desde fuera y si alguien intenta colarse le ayudaremos», aseguró.
Hubiera cabido esperar un tono contenido propio de los conciertos promocionales, y algo de ello hubo, pero el espectáculo de Bilbao no tuvo nada de básico, ni de pequeño formato. Aunque como había avisado un seguidor del grupo, Red Hot Chili Peppers «están hechos de otra pasta», la banda sonó menos desbocada de lo esperado y concentró su energía en un escenario que, no por ser más pequeño, desmerece a los que ocupara en la gira oficial que iniciara a finales de mayo en Barcelona (30 y 31) y Madrid (2 de junio).
Repertorio
En la segunda parada de un escueto tour promocional que hasta fin de mes discurrirá además por Francia, Alemania e Inglaterra, RHCP adelantaron en vivo temas de su inminente trabajo. Abrieron, con 20 minutos de retraso, con Can't Stop, y siguieron temas desconocidos por el público como Charlie, The Bump, Twentyfirst Century, She's Only 18, Tell Me Baby o el sencillo Dani California, que repite la fórmula de Californication o By the way. Alternaron estos títulos con éxitos del grupo como Scar Tissue, Other Side, By The Way o el emblemático Give It Away, con el que cerraron el recital.
Red Hot Chili Peppers se consagró con las baladas y melodías del aclamado Blood Sugar Sex Magik (91), con el que atemperó su iniciática funk-punk. Tras múltiples catarsis internas, el grupo se revitalizó con Californication (99) y By the Way (02) postergando la transgresión sonora y apuntando un tanto al mainstream. Y por lo que pudo oírse ayer, en esos parámetros se mueve Stadium Arcadium.
Por primera vez, el grupo ha encadenado tres discos sin cambios de formación y esa estabilidad, siempre relativa en una banda de su pelaje, ha desembocado en casi una treintena de originales que, a falta de una escucha completa (sólo adelantaron la tercera parte) parecen seguir la estela de Rolling Sly Stone o Leverage in Space, composiciones estrenadas en el directo Live in Hyde Park, donde Flea y Frusciante sobresalen por encima de un Keidis que, más allá de su magnetismo, siempre será, por mucho que se empeñe, mejor rapero a su manera que cantante.
Su concierto de ayer, junto a un museo de arte contemporáneo y ante un aforo reducido, evidenció que quedan lejos los años en que los RHCP sorprendían con su frescura, su desparrame, los calcetines en los penes y sus disfraces de hombres-bombilla. Ayer los cambiaron por una levita negra y corbata post-punk y bermudas, en el caso de Kiedis; gorro naranja de pitufo para Flea; y la estética grunge de John Frusciante.
Sus temas se ajustan cada vez más a la definición de aquel crítico americano de que el grupo y su disquera parecen haber asumido como slogan pormocional: «Algo que empieza como una caricia para luego golpearte en la frente». Esa transición se apoya en el carisma de Keidis, el catártico groove de ese animal que es el bajista Flea, la pegada de Chad Smith y la guitarra de un Frusciante que antes debía preferir la textura al ombligismo y que ahora parece emular a Hendrix o a cualquier héroe heavy del mástil en temas como C'mon girl.
Claro que todo ese cierto acomodamiento que su música parece transmitir se diluye ante sus desbordantes y salvajes directos, que han sido el verdadero sustento de su popularidad. Antes y también ahora, incluso en un formato contenido como el de ayer.
Unos cientos de privilegiados lo pudieron comprobar en Bilbao, a la sombra de la arquitectura de titanio. El resto, lo podrá hacer el 7 de mayo en la transmisión diferida del concierto a través de las emisoras de Cadena 40 y, ya con imagen, el 15 de mayo a través de 40 TV.