«Nos sentíamos muy conectados con el cosmos»
Los RHCP dicen que su disco es el «mejor regalo» que pueden dar a sus fans
Actualizado: GuardarRecién embarcados en la vorágine promocional propia de los grandes lanzamientos, los Red Hot Chili Peppers se mostraron ayer al ojo público en el llamado salón surrealista del selecto Hotel Domine de Bilbao que diseñó Javier Mariscal. Y lo cierto, es que algo de surreal tuvo su rueda de prensa que empezó hilarante con un «buenos días» cantado a cuatro voces y discurrió salpicada de bromas, cuestiones triviales y también algunos dardos verbales.
El noveno álbum del grupo integra 28 temas divididos en dos discos subtitulados Jupiter y Mars, un formato de larga duración que iba a ser aún mayor. «Tiene que ver con el periodo creativo que hemos atravesado.», explicó Frusciante. Los RHCP han sido un grupo marcado por las adiciones químicas y las disputas internas, problemas de los que siempre han realizado lecturas de corte espiritual, metafísico y cosmogónico. «No queríamos llamar a los discos A y B ó 1 y 2 porque en el momento de hacer estos temas nos sentíamos muy conectados con el cosmos. Al ordenar las canciones pensamos en Júpiter y Marte como símbolos de la inteligencia y la energía creativa», explicó Kiedis. Pero Flea le había quitado filosofía al asunto con su conocida querencia al desparrame: «Hablamos con altas instancias del Gobierno y la NASA sobre el proyecto del primer tour interestelar. Queríamos rendir tributo a los extraterrestres que viven en Júpiter y Marte».
Fue Kiedis el encargado de explicar el origen del título del disco: «Es mi aportación a un tema que me gustó cuando el resto del grupo trabajaba en él. El concepto Stadium Arcadium se refiere a un lugar imaginario en que la gente escucha de noche la música en conexión con el universo». Los Chili Peppers confían en que en su nuevo trabajo haya sencillos comparables a éxitos como Give it Away o Under the Bridge, temas clave de su disco referencial Blood Sugar Sex Magik. «Si no creyéramos que este disco es bueno, no lo promocionaríamos», subrayó Frusciante. Y Flea filosofó: «Cada disco es como una cápsula de tiempo, una foto de un tiempo y un espacio concretos».
Polémica
El bolo transcurría según lo previsto hasta que a alguien le dio por meter un poco de caña. «¿No os da vergüenza seguir robando a músicos negros como Hendrix, Sly Stone, Prince y Lenny Kravitz?», les inquirió entre la pregunta y el reproche el veterano productor y periodista musical Mariscal Romero. «¿No te da verguenza a ti poner a Kravitz a ese mismo nivel?», replicó Kiedis. «Hicimos un disco con George Clinton (Freaky Styley, 1985) y se me quedó grabado cuando me dijo que la música era daltónica, porque no entiende de colores. La música negra es una de las cosas más grandes que EE UU ha dado al mundo y para nosotros es enriquecedor incluir todas las influencias que podamos».
Flea fue más allá y llamó «puto idiota» al periodista. «Hendrix, Prince y Clinton también escucharon a los músicos blancos que les influyeron. Las influencias hacen que la música sea más bella e integradora y que te acerque a Dios». Dios fue la palabra que usó Frusciante para definir el nuevo disco. «El mejor», dijo Flea. «Askerrasko», terció Chad tratando de chapurrear un gracias en euskera. «La luz de ferrocarril», cerró Kiedis poniendo el broche, como no, surreal.