Lágrimas de luto negro para el Calvario de la Esperanza
Nuestra Señora de San Juan de los Caballeros estrenó la restauración del manto y dos faroles cedidos por la Hermandad de las Penas de Sevilla
Actualizado:Con la llegada de la jornada del Jueves Santo, la Semana Mayor de Jerez entra en su recta final. Toda una vorágine cofradiera se apoderó de la ciudad y con la primera cita marcada en la agenda en San Juan de los Caballeros, Jerez se vistió de gala para recibir en sus calles a la Cofradía de la Vera-Cruz.
Los jerezanos vistieron su mejores galas, y muchas mujeres se atrevieron con la mantilla -unas con acierto y otras..., ejem-. Una pieza que adquiere su mayor significado durante la Semana Santa, y en especial ayer Jueves Santo, hoy Viernes Santo y hasta el Domingo de Resurección.
Las puertas de la Iglesia de San Juan de los Caballeros abrieron un poco antes de lo previsto, y es que la conclusión de la quinta jornada cofradiera se da la mano con el comienzo de la Noche de Jesús, un hecho que no es visto precisamente con agrado por los máximos representantes diocesanos y los propios cofrades.
Lo dicho, el verde y el negro de esta Real, Ilustre y Venerable Cofradía de los Marianistas comenzó a tomar plaza Melgarejo e iniciar el camino a la Carrera Oficial.
El cortejo procesional digno y muy sobrio, y en el cual pudimos ver a mucha chiquillería en el tramo del palio de las Lágrimas, ya que esta corporación está muy ligada por su historia al colegio del Pilar y San Juan Bautista.
Es en Chancillería, nada más salir, donde la cofradía tiene más empaque y enriquece las retinas del respetable con un buen andar de sus costaleros, al frente de los cuales se encontraba uno de los capataces más activos y conocedor de la costalería en Jerez; Martín Gómez, el cual fue auxiliado por Miguel Jaén, en el misterio del Cristo de la Esperanza, y Andrés Cañadas, en el palio de Nuestra Señora de las Lágrimas.
Espectacular sigue siendo el exorno floral. Ayer, el monte del calvario -de corcho y decimonónico, lo cual realza aún más al crucificado de San Juan-, sobre el cual se asienta el Cristo de la Esperanza acompañado de los dos ladrones, estaba inundado de lirios, talas (trompetas blancas), cardos, helechos y cuatro piñas de claveles rojos oscuros en los laterales del paso.
La Vera-Cruz no olvidó tampoco lo que viene haciendo desde hace años y una vez tomó la decisión de llegar al palquillo de calle Sevilla por este itinerario.
Al llegar a la altura del Convento de Las Reparadoras, el acompañamiento musical hizo sonar la Marcha Triunfal, todo un detalle de cariño y respeto para las monjitas de este templo tan desconocido en Jerez.
El misterio fue precedido por un cuarteto de capilla, mientras que tras el palio de las Lágrimas, con un repertorio marcadamente fúnebre y sacro, se situó la banda Astigitana. Era las Lágrimas quien en la jornada cofrade de ayer ofreció uno de los más esperados estrenos de este 2006. La restauración y rehabilitación de su manto, obra del sevillano José Ramón Paleteiro. Además, el palio ofreció en la calle un singular cambio. Portaba dos faroles entrevarales cedidos para el día de ayer por la corporación sevillana de las Penas. Un trabajo que ha consistido en trasladar a un manto la parte central del bordado antiguo y llevar a cabo una restauración de «parte nueva».