Colectivos sociales y un sector de la Iglesia cuestionan la venta del Oratorio
Algunas voces critican la cesión del monumento a la Junta de Andalucía «cuando se podía haber llegado a una solución intermedia»
Actualizado: GuardarEl Oratorio de San Felipe es, para los fieles y para muchos laicos, el símbolo de Cádiz. Una ciudad que se asienta sobre dos pilares: el puerto y su historia con el comercio de Indias y el Oratorio, donde se vivió uno de los episodios democráticos más relevantes de la historia española reciente. Por eso, muchos ahora sienten que con la pérdida de la titularidad, que pasará a manos de la Junta, la ciudad pierda ese patrimonio que está tan ligado a los gaditanos sentimental e históricamente. Personas cercanas a los círculos católicos, historiadores y personalidades del mundo cultural lamentan que la Iglesia vaya a desprenderse del Oratorio y no haya tratado de llegar a una solución intermedia.
Es significativo el caso de la revista católica Mar Adentro, dirigida por Alberto Fernández-Cantalejo. En el último número, el editorial abogaba directamente porque la Iglesia mantuviera la titularidad. «Ante la oferta presentada por la administración pública, deseosa de hacerse, por cualquier medio, con la titularidad del templo, cabe preguntarse si no hay otras alternativas menos lesivas que condujeran a una solución satisfactoria para el Pueblo de Dios en Cádiz. Es cuestión de saber negociar teniendo los principios bien claros».
Pero la publicación, que además de editarse en un medio local se distribuye por correo, no llegó a sus destinatarios (sacerdotes, seglares y otros feligreses que también son suscriptores).
Oferta generosa
Y eso, en definitiva, es lo que se preguntan muchos otros interesados en el asunto, como el profesor de la UCA Manuel Bustos, quien también cree que el Obispado podía haber negociado un acuerdo para eludir la desacralización. «Al parecer, la Junta hizo una oferta generosa y yo creo que se aceptó sin pensarlo demasiado», comentó Bustos, para quien en cualquier caso «la intención del obispo ha sido buena».
La situación financiera de la Diócesis gaditana no es la más boyante, como se sabe públicamente y ésta es la razón por la que el Obispado se habría decidido a ceder la titularidad. En cualquier caso, para muchos de los consultados se podría haber reducido la oferta del Gobierno regional y haber cedido en parte el templo para actividades que se harán hasta el 2012, manteniendo la titularidad. Así opinan el profesor Bustos y el abogado José Ramón Pérez Díaz-Alersi. «Nadie está en contra de un convenio, pero no es necesario ni venderlo ni secularizarlo», incidió Pérez Díaz-Alersi. Para el letrado se trata de un monumento «entrañable para la feligresía de Cádiz y en general, para todos los gaditanos».
Tanto el abogado como el profesor de la UCA recordaron que el Gobierno regional tiene la obligación de restaurar los templos, «porque los que nos visitan no sólo lo hacen por la playa, también por los monumentos». En ese sentido, el acuerdo no firme al que han llegado Junta e Iglesia supone, según algunas fuentes que prefirieron no ser identificadas, una cantidad «entre los 3.500 y 4.000 millones de pesetas», que se traducirían en el compromiso por parte del Ejecutivo regional de rehabilitar dos templos y construir una decena más.
Según estas mismas fuentes, el obispo, Antonio Ceballos Atienza, consultó esta decisión con la Confederación Episcopal del Sur, que agrupa a los obispos de Andalucía y ésta le dio el visto bueno.
Lo que quedaría pendiente para cerrar el acuerdo es la autorización del Vaticano, pero en muchos sectores ésta se da como un hecho. El informe ya ha sido enviado a Roma y sólo falta que la máxima instancia lo remita con el visto bueno.
Posible «distorsión»
La gran preocupación de algunos sectores de la Iglesia es que, con el cambio de titularidad, el Oratorio pudiera utilizarse para «distorsionar el papel de la iglesia en los acontecimientos del Doce».
Una cuestión que preocupa también en varios círculos de la sociedad gaditana es qué pasará con el Oratorio -que albergará un centro cultural de Estudios Constitucionales y una fundación para las relaciones con Iberoamérica- una vez que terminen los actos relacionados con el Bicentenario de La Pepa. No hay que olvidar que ya son varios los espacios culturales en la ciudad y que para que éstos tengan sentido es necesario dotarlos de una programación y, sobre todo, un presupuesto suficiente.