La 'Motorada' recibe a los primeros participantes con controles férreos en las vías de acceso a la provincia
El radar instalado en la A-4, cerca de El Cuervo, detectó más de 70 excesos de velocidad en sólo dos horas Las previsiones apuntan a que unas 130.000 personas acudirán este fin de semana al evento deportivo
Actualizado:Por primera vez, el plan de vigilancia en carretera con motivo del Gran Premio de Motociclismo se ha extendido fuera de la red viaria provincial. Tráfico ha decidido este año filtrar la llegada masiva de motoristas a Jerez y los municipios aledaños mediante controles exhaustivos en las carreteras de acceso a Cádiz, que tradicionalmente soportan una mayor circulación de motos durante el fin de semana de la Motorada. El objetivo, tal y como adelantaba este medio cuando se supo de la incorporación de esta novedad en el diseño del dispositivo, es dificultar la entrada de aquellos conductores que circulan con exceso de velocidad, en estado ebrio, con conductas arriesgadas o sin los permisos pertinentes, y que a la postre pueden dar problemas durante la celebración de un evento deportivo en el que se prevé la llegada de 130.000 personas.
Estos dispositivos por adelantado se activaron ayer. Este periódico presenció el único que se desarrolló, en parte, en territorio gaditano. A las once de la mañana, la Guardia Civil instalaba un punto de verificación a la salida de la localidad de El Cuervo, justo en la frontera entre Sevilla y Cádiz. Diez agentes montaron un control de alcoholemia y de verificación de documentación durante dos horas. Se había optado por este tramo de la A-4, en lugar de la autopista, al ser la vía que más utilizan los motoristas procedentes de los pueblos sevillanos más cercanos a Cádiz. Además, «a los moteros les seduce más conducir en vías sinuosas, de un único carril por sentido y donde se pueden demostrar las dotes de conducción», explicaba uno de los agentes de la Benemérita.
Las infracciones
En las dos horas que estuvo activado el punto de verificación, los agentes controlaron 107 motos, 19 turismos, seis furgonetas y un autocar. Pese a este volumen de vehículos detenidos, el número de denuncias por infracciones fue escasa, sólo ocho, y la mayoría por manipular la placa de matrícula o no tener los permisos oportunos para conducir motos de cilindradas altas. Así a un motero le inmovilizaron su vehículo, de 1.000 centímetros cúbicos, por conducirlo con una licencia de ciclomotor y sin seguro. Al ser sorprendido, su fin de semana festivo quedó arruinado ya que las sanciones económicas que prevé la ley son de 1.950 euros por ambas infracciones y el depósito de la moto de un mes.
Se realizaron más de un centenar de pruebas de alcoholemia, pero ninguna dio positivo. «A estas horas es muy raro coger a alguien que haya bebido. Pero lo que tratamos también de hacer es de sensibilizar a los conductores. Recordarles que son unos días complicados en carretera y que ante todo, tienen que preservar sus vidas», comentaba el jefe del dispositivo.
Lo que no sabían los conductores, que cruzaban aliviados el control sin ser multados, es que el dispositivo no terminaba allí sino que se extendía a lo largo de cinco kilómetros más (del 616 al 621). Un vehículo con un radar camuflado les esperaba en la curva de Montegil, ya en el término municipal de Jerez. Este tramo está dentro de los puntos negros de la red viaria provincial, incluso hay un cartel del Grupo Motorista El Cuervo, que alerta de la peligrosidad de la zona. El límite de velocidad, que está en 60 kilómetros horas, fue constantemente sobrepasado. El radar detectó más de 70 excesos en las dos horas que estuvo funcionando, lo que obligó a mandar a una pareja de refuerzo al punto donde estaban deteniendo los vehículos, porque los guardias apostados allí no daban abasto. Finalmente sólo se tramitaron las denuncias de los seis casos más graves, que superaban en más de 20 kilómetros el límite establecido. «En esta zona es muy difícil que circulen a mucha más velocidad, aunque ya ir a 80 kilómetros es una temeridad», decía uno de los agentes que acababa de poner una multa con sanción de 140 euros.
Además del citado control, también se activaron otros puntos de verificación en ocho carreteras nacionales: la A-92, N-340, A-381, A-382 (accesos desde la costa mediterránea y el Levante), AP-4 (vehículos procedentes de Madrid, el centro del país y Sevilla), A-66, N-630 y la A-49 (trayectos desde el noroeste de España y Portugal). Los dispositivos se situaron en un radio de acción de entre 300 y 400 kilómetros desde el circuito.
Además de los 200 guardias civiles que vigilarán el área de influencia del circuito, la DGT ha activado tres helicópteros para el epicentro del evento deportivo y otros 15 más, que sobrevolarán las carreteras del país.
Primer fallecido
El primer fallecimiento en el marco del Gran Premio tuvo lugar ayer, precisamente en la A-4 pero en el kilómetro 416,500, a la altura de Córdoba. El conductor de una moto murió, por causas que se desconocen, cuando se dirigía hacia Cádiz. La persona que le acompañaba resultó herida, pero al cierre de esta edición aún se desconocía su estado.
Además, un ciudadano alemán, domiciliado en Madrid e identificado como R. P., de 57 años, fue detenido en el kilómetro 18 de la N-340 por conducir ebrio, con exceso de velocidad y con las luces largas.