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Amor a golpe de 'click'

Al menos 60.000 residentes en la provincia de Cádiz utilizan los servicios de alguna de las páginas web que permiten encuentros sentimentales en internet

FRANCISCO APAOLAZA / MARÍA VICTORIA CONO/CÁDIZ
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Hombre busca mujer en Cá-diz. Se carga rápidamente una página en internet con 15 personas en la red tras un amigo, un affaire, un novio, un marido o simplemente alguien especial. Quién sabe. En la página (el portal propone 67) conviven en forma de foto y nick Yo_sía, de Conil (27 años), Gemma de Algeciras (47 años) y Dulcemaría de Cádiz (38 años). Ellas son solamente tres entre más de 60.000 hombres y mu-jeres residentes en la provincia de Cádiz que utilizan portales de internet para encontrar pareja.

La cifra se queda corta si se piensa que no es definitiva, ya que solamente engloba a los usuarios de dos páginas -Match.com y Meetic.es- de la decena que ofrecen la evolución del siglo XXI de lo que fueron un día las agencias matrimoniales. Lo que antes constituía el último cartucho de los solteros, la tabla de salvación del que no se comían un rosco, se ha convertido en un espacio aceptado más de relación. La filosofía es sencilla: además de la discoteca, el bar, el trabajo, la universidad o la parada del autobús, los cambios de hábitos sociales proponen la red como lugar para conocer gente y encontrar el amor.

El dato, aunque aproximativo y lanzado muy a la baja, hace pensar que las nuevas maneras de conocer personas están muy asentadas en la provincia. En comparación con otros territorios, los dos portales medidos presentan en Granada - 850.000 habitantes- 30.000 perfiles inscritos, la mitad que en Cádiz, que solamente supera su población en 250.000 habitantes. En los 60.000 pretendientes que se encuentran en los dos portales (otros no ofrecen datos segregados por provincias), se encuentran todos los modelos.

Entre los usuarios que aparecen en las páginas hay variedad social, aunque una de las constantes es la prevalencia del número de perfiles de hombres (60% en Meetic). El cliente tipo de los portales arroja una sorpresa importante en cuanto a su edad. Pese a que los más jóvenes están más relacionados con las nuevas tecnologías, el grupo más numeroso es el que está entre los 25 y 34 años, en el que se engloban la el 39% de usuarios, seguido del tramo entre 35 y 44 años (29%), mientras que la franja que va de los 18 y 24 años sólo alcanza un 15%.

El funcionamiento de estos portales es sencillo. La mayoría cobra una cantidad mensual por inscribirse y publicar un anuncio, aunque algunos son gratis para las mujeres -como pasa en las discotecas, las chicas sirven de reclamo-. Entre los que cobran, las cantidades suelen rondar los veinticinco euros al mes, aunque se puede pagar algo más por tener algunos servicios extraordinarios. Es el caso de Parship.es, que propone un test de compatibilidad con más de 100 preguntas que ha llevado años de estudio en la Universidad de Hamburgo. La inscripción es sencilla: se rellenan unos datos personales -nombre, correo electrónico, lugar de residencia-, se añaden los gustos y aficiones, estilo de vida y los criterios que busca en esa persona que desea encontrar. Se puede incluir una foto, que según informan al usuario «multiplica por diez las posibilidades de éxito». Estos breves anuncios por palabras se pueden consultar incluso antes de registrarse y son parecidos -con todos los respetos- al tipo de búsqueda que uno realiza cuando se trata de un asunto inmobiliario. Es decir, se señala si uno es hombre o mujer y el sexo de la persona que busca, el tramo de edad y la ciudad en las que desea conocer a alguien y en segundos aparecen decenas de presentaciones con foto y un apodo de usuario. La gran mayoría de clientes son solteros, aunque no es extraño encontrar otros estados civiles. En cuanto al nivel de estudios, entre las chicas son diplomadas o licenciadas la mayor parte, y los chicos son diplomados o con el título de Bachillerato. Los dos portales de encuentros, que han analizado el comportamiento de sus millones de usuarios, estiman que los inscritos emplean un tiempo de unas dos horas en enviar correos electrónicos o invitar a un chat.

Por la seguridad

Los portales hacen especial hincapié en la seguridad de estos lugares de encuentro, aunque lo cierto es que uno puede usar una identidad falsa, una foto falsa y no hay ningún tipo de comprobación. También es así con los me-nores de edad, por lo que depende de la responsabilidad del usuario mentir o no en sus datos.

Lo que sí se revisa de forma manual y una a una es la inclusión de las fotografías, de forma que no se incluyan contenidos poco apropiados. El aspecto de la seguridad que cumplen a rajatabla es que en estos portales no se publicitan contactos directos. Es decir, no son públicos ni el correo electrónico, ni el número de teléfono. Tan sólo el código postal del lugar de residencia, si uno quiere. Así, si el usuario no lo desea, estos contactos quedan en el estricto plano del portal de Internet, que actuará como intermediario de todas las relaciones.

Además, hay que tener en cuenta que se trata de empresas rentables. Con millones de usuarios en todo el mundo se trata también de un negocio bastante atractivo. Meetic por ejemplo, entró en bolsa en 2005 y tiene un valor bursátil de más de 470 millones de euros actualmente.