La ausencia de chantajes y de 'kale borroka' medirá la voluntad real de ETA
Los análisis policiales estiman que la banda necesita dos millones de euros al año para mantenerse En la última tregua el envío de cartas se multiplicó
Actualizado: GuardarLos máximos responsables de las fuerzas de seguridad creen que en los próximos meses se podrá tasar la voluntad de ETA con respecto a la tregua mediante la evolución que se produzca en la violencia callejera y en la extorsión a los empresarios. Según las fuentes consultadas, las palabras del presidente del Gobierno cuando aseguró que se «tomará un tiempo» para contrastar que las intenciones de ETA son reales y no una trampa, aludían a ese necesidad de confirmar que ambas formas de violencia han desaparecido.
En opinión de los expertos, la actitud de ETA respecto a la extorsión será clave. Las fuerzas de seguridad disponen de informes económicos, elaborados a partir de documentos incautados a la propia organización terrorista en los que se asegura que la banda necesita menos de dos millones de euros al año para mantener su actividad. La práctica totalidad del dinero procedía hasta ahora del cobro del denominado 'impuesto revolucionario'.
El gasto incluye desde los pagos a los comandos que pasan a España hasta el desembolso imprescindible para mantener la clandestinidad en Francia. Según fuentes de la lucha antiterrorista, el cese de la presencia de comandos en España a consecuencia del alto el fuego supondrá un ahorro para la banda. La incógnita, sin embargo, se encuentra en la cantidad de dinero de reserva de la que pueda disponer la banda, ya que sus necesidades económicas podían llevar a tener que recurrir a la extorsión para evitar una quiebra económica.
En este sentido, los expertos creen que los etarras van a disponer del remanente que hayan podido obtener gracias a las campañas de acoso a los empresarios emprendidas en los últimos años, cuyo montante se desconoce, aunque no se considera escaso. Por otro lado, la duda es si el miedo latente que hayan causado sus últimas bombas será suficiente para que algún empresario acuda a pagar cuando el alto el fuego esté en vigor o, por el contrario, una vez eliminada la coacción de un atentado desaparecerán también los pagos que hubieran podido pactar los extorsionados. Fuentes consultadas por este periódico destacaron que muchas de las cartas de chantaje remitidas en los últimos años tenían como último plazo de pago el primer trimestre de 2006, lo que podrían insinuar que la banda ya preveía cesar su actividad recaudatoria a partir de esa fecha.
La inquietud de las fuerzas de seguridad reside en la posibilidad de que la banda intente actuar de manera similar a como lo hizo en la tregua de 1998, cuando la extorsión a los empresarios no cesó pese al parón armado y las cartas de chantaje se multiplicaron. En noviembre de 1998, apenas cuatro meses después de que la organización hubiese declarado la tregua, centenares de empresarios comenzaron a recibir los documentos de extorsión en los que se les amenazaba de muerte si no se sometían a la exigencias económicas de los terroristas.
Incremento
En aquella ocasión, además, la 'kale borroka' sufrió un incremento sin precedentes. Según datos estadísticos del Ministerio de Interior, la violencia callejera se disparó hasta llegar a cometerse un sabotaje diario. Los objetivos fueron en su mayoría representantes políticos del PP y del PSE, aunque también fueron atacados empresarios, medios de comunicación y miembros de las fuerzas de seguridad.
Distintas fuentes consideraban ayer que el hecho de que ETA no incluya en su comunicado ninguna cláusula respecto a que se reserva la posibilidad de realizar «tareas de aprovisionamiento» -eufemismo de la extorsión- lleva a pensar que no se van a reproducir las oleadas de misivas amenazantes de hace ocho años. Respecto a la 'kale borroka', la previsión es similar, aunque no se descarta que, en momento puntuales y en función de acontecimientos externos al proceso, se puedan producir rebrotes de la violencia como los vividos en las últimas semanas tras la muerte de dos presos de la banda.
Fuentes de la Ertzaintza barajaban ayer la posibilidad de que la banda intente reconvertir la 'kale borroka' en un elemento de la extorsión. Esta posibilidad, que en principio se trataría de una mera hipótesis de trabajo, implicaría un cambio organizativo dentro de la banda. En los últimos meses ya se han detectado casos aislados en los que la exigencia de la extorsión ha estado vinculado a estos sectores.