Un helicóptero estadounidense sobrevuela el lugar mientras una ambulancia iraquí cruza la entrada de la localidad de Al Muqtadya. / EFE
con fusiles y lanzagranadas

Al menos 30 muertos en un ataque de la insurgencia al noreste de Bagdad

En el atentado han participado entre 100 y 150 insurgentes que han utilizado fusiles y lanzagranadas

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Un grupo de insurgentes ha asaltado hoy una cárcel en un reducto suní al norte de Bagdad, poniendo en libertad a sus 33 prisioneros y asesinando a al menos 19 policías y un guardia. Diez de los milicianos han perdido también la vida en los enfrentamientos con las fuerzas del orden.

Un centenar de insurgentes armados con fusiles automáticos y lanzagranadas han atacado las instalaciones judiciales de Muqdadiya, unos 90 kilómetros al noreste de la capital iraquí. El asalto ha comenzado con el disparo de un mortero al complejo judicial y policial, señaló el brigadier de policía Ali al Jabouri.

Después de incendiar el cuartel, los insurgentes detonaron una serie de artefactos explosivos mientras huían llevándose consigo los cuerpos de sus camaradas muertos, agregó la policía. Al menos 13 policías y civiles y 15 atacantes quedaron heridos.

Horas después, una bomba que estalló en Bakuba, 60 kilómetros al noreste de Bagdad, mató a un policía y causó heridas a otros tres, señalaron las autoridades. Asimismo, cinco agentes resultaron heridos en dos ataques con explosivos en el norte y sur de Bagdad durante las primeras horas del día, según explicó la Policía.

Los ataques de hoy se han producido un día después de que la insurgencia y pandillas sectarias mataran a 39 personas, prolongando la ola de violencia que ya ha causado más de un millar de fallecidos desde el ataque a la Mezquita Dorada de Samarra hace un mes.

"Operación enjambre"

El ataque en Muqdadiya, con una población mixta de suníes y chiíes, se produce mientras en la vecina Samarrá continúa la ofensiva militar estadounidense Operación Enjambre, iniciada hace seis días contra la insurgencia en esta ciudad.

Durante la campaña militar, en la que han sido detenidos decenas de presuntos rebeldes, comenzó tres semanas después del atentado que destruyó un mausoleo chií en Samarrá y originó una oleada de violencia sectaria entre chiíes y suníes.