Media vida en juego. Ese es el titular de hace dos semanas previo al crucial encuentro ante el Espanyol. En un alarde de originalidad también podría servir para el artículo de hoy, aderezado con diversos tópicos como los siempre recurrentes un partido a cara de perro, sin margen de error, duelo a vida o muerte o la primera final. Todos son válidos para ilustrar lo que se respira en el ambiente con sólo tomar una caña en la barra de un bar o dispersarse un rato con los compañeros con la excusa del cafelito. No se habla de otra cosa, y hasta la prensa rosa ya está metiendo sus narices en la Tacita dándose cuenta de la gravedad del asunto.