El Estatuto de Cataluña situará en plano de igualdad el término nación, empleado por el Parlamento autonómico para definir a su comunidad, y el de nacionalidad recogido en la Constitución. La ponencia, que durante el último mes ha analizado el proyecto en el Congreso, concluyó ayer sus trabajos con la aprobación de un polémico preámbulo, pactado entre el PSOE y CiU, en el que se reconoce la «posición singular» de la Generalitat en España, consecuencia de los «derechos históricos» del pueblo catalán, y en el que se recogen las dos definiciones de Cataluña, nación y nacionalidad. El texto contó con el voto en contra de ERC, que lo considera insuficiente, y el del PP que lo cree inaceptable.