Aunque a Espárrago no le guste dramatizar ni alarmar a la afición, lo cierto es que a partir de las seis de la tarde el Cádiz expondrá media vida sobre el césped del estadio Carranza. Por mucho que a lo largo de esta semana se haya realizado un llamamiento a la calma desde dentro del club amarillo, no se ha conseguido restar ni un ápice de importancia a un partido en el que el Cádiz se juega buena parte de de las opciones por conseguir un añito más en Primera. Sí. Es verdad que todavía queda mucha Liga para revertir esta situación. Pero igual de verdadero que las sensaciones que ahora mismo despierta este Cádiz no son las de un equipo que muestre esa seguridad de sacar los partidos adelante. No infunde ningún respeto a sus rivales y eso se ha dejado notar en la mayoría de los partidos disputados en Carranza.