Primero fue Víctor Espárrago. Después el presidente, uno de los involucrados (Armando), la afición, la prensa, mitos del cadismo, antiguos entrenadores,... Pero silencio, le toca al líder del vestuario, que con sus declaraciones parece zanjar definitivamente la polémica originada por las duras declaraciones de las últimas semanas. Oliverio Álvarez ya no es el primer capitán pero sigue ejerciendo desde su autoridad moral y la experiencia que ha ido atesorando por los distintos rincones de la España futbolística.